Hoy hablamos de una especie de futbolista en extinción, de esos que en Inglaterra denominan como “One Club Man”.
Fidelidad a unos colores o amor a un escudo son conceptos muy manidos en el argot futbolístico, pero cada vez más en desuso.
Si nos referimos a la adoración por un futbolista hasta algo cercano a lo místico, a todos se nos viene a la cabeza Maradona.
Pero hay una pequeña ciudad de algo más de 230.000 habitantes en la que reina otro “Dios” del fútbol.
Todo su casco histórico fue destruido durante los bombardeos de la Segunda Guerra Mundial. Desde su puerto partió en 1912 el malogrado Titanic.

Matt Le Tissier es el gran ídolo del Southampton (Fuente: www.shoot.co.uk)
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