A comienzos de los 60 el FC Barcelona se había asomado a Europa pero se le resistía el máximo entorchado continental.
En 1960 el eterno rival, les había eliminado en las semifinales tras un doble 3-1 al equipo dirigido por Helenio Herrera.
El Real Madrid conquistó ese año su quinto trofeo consecutivo en una de las mejores finales de la historia frente al Eintracht Frankfurt. La afrenta era infinita para los culés.
La 61-62 para el Barça de los Ramallets, Kubala, Czibor, Kocsis y Luis Suárez tampoco iba demasiado bien. En Liga habían terminado cuartos a 20 puntos de los merengues.

La final de los postes cuadrados fue el inicio de la depresión culé (Fuente: www.mundodeportivo.com)
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