En junio de 1930 Carol II regresó al trono de Rumanía tras haber abdicado apenas cinco años antes por amor. Decidió relevar a su hijo Miguel I ante la deriva que estaba tomando el país.
Nieto del duque de Edimburgo, su pasión por el fútbol nació durante un viaje por Escocia. Fue presidente de la Federación de Fútbol de su país y como fanático de este deporte, una de sus primeras medidas fue exigir a la FIFA la inclusión de su selección en la primera Copa del Mundo.
Se puso el “mono” de entrenador y subió a sus chicos al Conte Verde para realizar la travesía hasta tierras uruguayas. Fue una decisión curiosa, mientras la mayoría de combinados europeos boicotearon aquel Mundial él puso todo su empeño para poder ir.

Selección de Rumanía en el Mundial de 1930 (Fuente: blogs.infobae.com)
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