Si hay algo que obsesiona cada vez más a los entrenadores además del orden táctico son los jugadas de estrategia.
En un fútbol cada vez más cerrado en el que las defensas se imponen a los ataques, con los jugadores más pendientes de no cometer errores que de dar rienda suelta a su talento, todo está más igualado y cada vez es más complicado ver lo más importante de este deporte. El gol.
No por estar repetido hasta la saciedad deja de ser cierto. A balón parado las fuerzas se igualan. Un lanzamiento directo, la diferencia de estatura o un rechace ofrecen una magnífica oportunidad para obtener el preciado tanto.

Brolin celebrando un gol en el Mundial de 1994 (Fuente: www.90min.com)
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