Muchos consideraban de mal gusto eso de ver a mujeres dándole a la pelota, pero como es lógico al igual que ocurre con los chicos, las hay apasionadas de este deporte desde bien pequeñas
España casi siempre ha ido a la cola de Europa en lo que a futbol femenino se refiere y, los primeros clubes nacieron casi de forma clandestina a finales de 1970 auspiciados por Rafael Muga, que se encargó de organizar el primer partido en el madrileño barrio de Villaverde, levantando una expectación inusitada.
Pese a todas las trabas de la denominada Sección Femenina fue también el gran impulsor para la creación de la selección española femenina de fútbol. A las mujeres solo se les permitía jugar a determinados deportes a riesgo incluso de terminar en la cárcel.
El 21 de febrero de 1971 un grupo de mujeres dio un paso de gigante para la aceptación del fútbol femenino en España, aunque fuese de forma clandestina y salvando cientos de obstáculos disputaron el primer partido de la selección española femenina de fútbol en La Condomina.
La lucha por el reconocimiento
Arce, Virginia II, García, Herrero, Feijóo, Angelines, Vázquez, Virginia I, Cruz, Laura y Conchi Sánchez conformaron el primer once. Esta última era la capitana y la jugadora más destacada de aquel equipo prohibido. Poco después también se convirtió en la primera futbolista profesional en España.
En aquel duelo ante el combinado portugués igualaron a tres goles y apenas unos meses después visitaron Turín para medirse a la selección italiana. La mayoría de ellas no superaba los 15 o 16 años y cayeron 8-1 ante las transalpinas mucho más expertas.
Ante el total rechazo de la Federación hacia el fútbol femenino la “selección clandestina” no pudo lucir en el pecho el escudo de su país. El árbitro tampoco pudo llevar su uniforme oficial y dirigió el encuentro vestido de calle
Los buenos resultados de la selección española femenina de fútbol en los siguientes amistosos les valieron la invitación para el Mundial Femenino que se celebró en México en 1971 y que tampoco gozó del reconocimiento de la FIFA, pero el presidente de la RFEF José Luis Pérez-Paya les prohibió participar.
Ellas siguieron jugando clandestinamente y el primer partido reconocido de la selección española femenina de fútbol tardó en llegar 12 años.
Fue el 5 de febrero de 1983 cuando la Real Federación Española de Fútbol al fin dio su brazo a torcer otorgando oficialidad al choque contra Portugal en La Guardia, que se saldó con victoria lusa por la mínima. Otro gran paso en la dura lucha de las mujeres por poder ejercer libremente su pasión.
