Me explico. El fútbol femenino no es un deporte distinto, simplemente se trata de futbol practicado por mujeres. A nadie se le ocurre hablar de natación femenina o atletismo femenino ¿Por qué debemos hacerlo con el fútbol?
Hubo tiempos peores. Y no hace tanto. Las mujeres que querían jugar eran bichos raros. Marimachos. Víctimas de una sociedad retrógrada. Repleta de prejuicios.
“Nita” Carmona fue pionera sin pretenderlo. Ella sólo quería jugar al fútbol. Con su pasión contribuyó a derribar algunas barreras en España. Por supuesto, no se lo pusieron fácil.
Esta instantánea descubierta por el periodista Jesús Hurtado, es la única en la que “Nita” Carmona aparece vestida de futbolista tal y como ella era. Aprovechó un carnaval para “disfrazarse” de futbolista sin que nadie se lo pudiese recriminar.
Quiero jugar
Mujer en la calle y hombre en el campo. Este fue el día a día de esta malagueña para poder practicar el deporte que amaba.
Ana Carmona nació el 16 de mayo de 1908 y en el mundo del fútbol quiso ser conocida como “Veleta”. Por aquello del constante “cambio de sexo” seguramente.
El amor por este deporte le llegó a través de la profesión de su padre. Estibador en el puerto de Málaga. Allí la joven veía como los marinos ingleses lo practicaban. Se enamoró.
Más de un insulto tuvo que escuchar y algún que otro castigo se ganó cuando alguien la veía jugando “pachanguitas” en el muelle del puerto.
En los años 20 y 30 en España se consideraba que practicar balompié “era perjudicial para la salud de la mujer” y, vestir pantalón corto estaba tipificado como alteración del orden público.
Con la complicidad de su abuela y del párroco Francisco Míguez, un gallego muy aficionado al balompié pudo jugar infiltrada en el Sporting de Málaga, club fundado por este religioso que se ganó el cariño de muchos malagueños.
Para hacerlo tuvo que cortarse el pelo, vendarse el pecho y utilizar todo tipo de artimañas para ocultar su figura. La táctica no era infalible, algunos rivales la delataron y esto le costó más de un día sin poder salir de casa.
Obviamente no podía disputar los encuentros que fuesen en campo local, por aquello de evitar ser reconocida por sus vecinos.
El amor de «Veleta»
Cuando su familia descubrió su afición, temerosos de que pudiera ocurrirle algo, la enviaron a la cercana localidad de Vélez-Málaga.
Allí se había fundado en 1922 el Vélez CF, club decano de la provincia de Málaga ¿Qué hizo “Nita”?
Esquivar las prohibiciones como podía para no dejar de jugar, a sabiendas que si era cazada podía terminar con sus huesos en la cárcel.
Su calidad con el balón en los pies llegó a inspirar una canción de los aficionados veleños:
Durante la Segunda República hubo cierta apertura, se crearon asociaciones de mujeres en varias disciplinas deportivas, aunque el fútbol femenino seguía sin estar bien visto.
La llegada de la dictadura de Franco fue un paso atrás, aunque “Nita” Carmona ya no pudo verlo. Murió a causa de unas fiebres con apenas 32 años.
La última voluntad de “Veleta” fue que la enterrasen con la camiseta del Sporting de Málaga. Esta pionera siempre mostró amor a unos colores y por encima de todo amor al fútbol.