Llegó al primer equipo con el aval de ser el máximo goleador de las categorías inferiores del club merengue
Se decía de él que era mejor goleador que jugador de fútbol, razón más que suficiente para llegar a la élite.
Corría la temporada 2001-2002 y los blancos se clasificaron para cuartos de final tras una segunda fase de grupos prácticamente inmaculada en la que solo cedieron un empate a dos en Atenas. El 20 de marzo de 2002. El día que llegó el primer gol de Portillo de blanco.
Los locales se adelantaron hasta en dos ocasiones y a 10 minutos para el pitido final el canterano merengue se sacó está maravilla de la chistera.
Corrieron ríos de tinta sobre el chico, la prensa había encontrado al «nuevo Raúl» y la euforia duró lo mismo que tardó en apagarse la estrella del joven atacante.
El Real Madrid terminó levantando aquella Champions League pero la participación de Portillo fue en descenso.
Tras varias cesiones terminó saliendo del Bernabéu para llevar una digna carrera en Italia, Bélgica y Espala hasta retirarse en 2016 en el Hércules CF.