Tres días antes Manjarín adelantó a los blanquiazules y Mijatovic igualó la contienda poco antes de que el partido tuviese que ser suspendido por una tremenda tromba de agua que dejó impracticable el césped del Santiago Bernabéu.
Así aquel 27 de junio se disputaron los 11 minutos restantes de aquella histórica final que parecía abocada a la prórroga, hasta que apareció Alfredo Santaelena para adelantarse a Zubizarreta y mandar con la cabeza el balón al fondo de las mallas, llevando el primer título a las vitrinas de Riazor.
Curiosamente el centrocampista madrileño cuatro años antes también marcó el gol de la victoria en una final de Copa del Rey que había iniciado como suplente y en el mismo escenario, en este caso vistiendo la camiseta del Atlético de Madrid.