Fue fundado en febrero de 1907 con Julián Comet como principal impulsor, un reputado empresario francés responsable de la construcción del primer velódromo en la ciudad donostiarra.
Un año después de la creación del equipo comenzaron a practicar otros deportes y así en 1908 nació el Ciclista FC, que en su primera campaña en activo se presentó al Campeonato de España tras una buena racha de victorias consecutivas.
En semifinales derrotaron a sus potentes vecinos del Athletic Club y el 8 de abril de 1909 se proclamaron campeones de Copa en el Estadio de O’Donnell de Madrid, tras imponerse 3-1 al Español FC.
Pedro Bea, Alfonso Sena, Manuel Arocena, Domingo Arrillaga, Bonifacio Echeverría, José Rodríguez, Miguel Serna, Mariano Lacort, C.F. Simmons, G. Mac Guinness y J. Biribén fueron los once futbolistas que disputaron aquel encuentro por parte del Club Ciclista.
No hay maldición que 100 años dure…
Apenas meses después de aquella gesta, el 7 de septiembre de 1909 los futbolistas decidieron formar la Sociedad de Football de San Sebastián, después conocida como Real Sociedad, quedando desligados para siempre del Club Ciclista.
En 1913 comenzó la construcción del Estadio de Atotxa, para ello hubo que derribar el velódromo que con tanta ilusión había levantado Julian Comet. Enfadado por el trato recibido, el antaño benefactor del club lanzó una maldición: “Jamás será campeona la Real”
Si el Club Ciclista ganó la Copa en su primer año de vida, tuvieron que pasar 72 para que los txuri-urdin pudieran celebrar su primer título, la Liga 1980-1981. El 26 de abril de 1981 estallaron de alegría con el recordado gol de Jesús María Zamora que les hizo de nuevo campeones.
El dicho popular reza que no hay mal que cien años dure…. En este caso la “maldición” de Julian Comet se extendió durante más de siete décadas.
Hasta tocar el cielo con los dedos aquel mes de abril de 1981, los txuri-urdin habían caído en las finales coperas de 1913, 1928 y 1951, todas ante el FC Barcelona y, vieron cómo se les esfumó la Liga 1979-1980 en el último suspiro tras aguantar 32 jornadas invictos.
