La cara más negra del fútbol. Unos hinchándose a billetes mientras otros malviven en barracones abarrotados y trabajan en condiciones inhumanas construyendo los estadios.
Todo esto empezó más de una década atrás con las designaciones de Rusia y Catar para organizar los Mundiales de 2018 y 2022, cuando la fiscalía de Nueva York (recordemos que Estados Unidos era la gran favorita para celebra el torneo) empezó a investigar por sospechas de sobornos y fraude en la elección de las sedes.
Corrupción endémica. El FIFA Gate
Chuck Blazer, dirigente del fútbol estadounidense y miembro del Consejo de la FIFA se convirtió en informante del FBI a cambio de reducir su condena y salieron a la luz las prácticas ilegales e incluso mafiosas que habían comenzado décadas atrás en el máximo organismo del fútbol mundial.
La investigación terminó con más de una veintena de altos cargos condenados y la renuncia del presidente Joseph Blatter tras 17 años en el cargo, después de que no pudiese justificar un pago de 2 millones de euros a Michel Platini y ambos fuesen inhabilitados por el comité de ética de la FIFA.
Cuentan que su llegada a la presidencia en 1998 estuvo “incentivada” por unos misteriosos sobres que entraron bajo la puerta de la habitación del hotel de muchos electores.
Ya durante el mandato de Joao Havelange la corrupción se instauró en el organismo rector del fútbol mundial. El fútbol se convirtió en negocio, pero cuando su segundo “Sepp” Blatter le relevó en el cargo, la avaricia alcanzó límites insospechados.
Este entramado para enriquecerse, elevado a la categoría de crimen organizado por la justicia estadounidense, tiene su base en la joya de la corona de la FIFA, la Copa del Mundo.
Blatter quería apoyar a esos países olvidados llevando torneos menores y dándoles repercusión. Esta misión altruista en apariencia tenía un objetivo, meterse en el bolsillo a los presidentes de las respectivas Federaciones para obtener su apoyo cuando le fuese necesario.
Así la Concacaf dirigida por Jack Warner, con Chuck Blazer como su segundo, se convirtió en su mayor aliado. Cabe destacar que todos los países miembros tienen derecho a voto y la Concacaf es la que más países reúne, de ahí que sea vital para alcanzar acuerdos y pactos, en muchos casos incentivados con dinero.
Tras investigaciones infructuosas cuando el FBI logró a Chuck Blazer como “topo” se empezó a destapar el chanchullo existente en un organismo completamente corrompido. En 2015, 22 de los 24 dirigentes que eligieron a Catar como sede del Mundial 2022 fueron detenidos e imputados por fraude y asociación criminal entre otros cargos.
Estados Unidos indemnizó a la FIFA que fue declarada víctima de estar dirigida por personas corruptas. Curiosamente todo esto sucedió durante la elección de la sede del Mundial de 2026. Ya sabéis sobre quién recayó su organización….. Canadá, México y sí, Estados Unidos.
Catar, la “guinda” del pastel
Catar, un país jovencísimo construido a golpe de petrodólares, consciente de que sus recursos son finitos ha visto en el deporte la forma de mostrar sus bondades y ser tenido en cuenta en el panorama internacional.
Así llegaron hasta el pequeño emirato el Mundial de Moto GP y de deportes como el balonmano, ciclismo o pádel. Pero necesitan más y más repercusión y… ¿Qué hay mejor que una Copa del Mundo de fútbol?
Pese a que su candidatura partía como la peor valorada, fue designado para organizar el Mundial de 2022, bajo la sospecha de que lo lograron a base de mordidas. Esas que tanto gustan a los altos cargos de la FIFA. Para muestra, un botón, han movido el calendario de las grandes Ligas para colocar este torneo en medio de la temporada, ya que, en verano es imposible jugar allí por las altas temperaturas.
Pero el fútbol solo es la cosa más importante de las cosas menos importantes. En todo este embrollo hay asuntos mucho más graves. El denominado “sistema kafala”, un modelo de esclavitud moderna, las denuncias sobre el país por vulnerar los derechos humanos, el papel que tienen las mujeres en su sociedad o el maltrato que recibe el colectivo LGTBI.
Todo lo anterior no ha podido tumbar el Mundial 2022. Poderoso caballero es don dinero.
Mundial 2022. Un torneo manchado
Si todo lo anterior nos parecía poco para poner en el punto de mira este torneo. Desde aquel 2 de diciembre en el que de forma más que cuestionable Catar fue designada como la sede miles de personas han perdido la vida construyendo los estadios e instalaciones para albergarlo.
Según The Guardian la cifra es de 6.500 fallecidos, aunque Amnistía Internacional ha indicado que esta se podría elevar hasta los 15.000. Un dato estremecedor, que tampoco ha sido capaz de frenar la sinrazón de este Mundial. El gobierno catarí solo reconoce 40 víctimas directamente relacionadas con las obras.
Condiciones insalubres en los alojamientos, hacinados, con pasaportes secuestrados para que no pudiesen abandonar el país e incluso escasez de agua potable. Además de todo lo anterior, la mano de obra llegada a Catar, en su mayoría de países asiáticos, han tenido que trabajar a la intemperie y con temperaturas rozando los 50 grados centígrados.
Un trato inhumano, que demuestra que este Mundial 2022 no solo tenía un presupuesto inagotable, también una total falta de escrúpulos y humanidad. Un torneo que mancha el fútbol.