Pues bien, hace algunos años empecé a perder el interés por mi gran pasión, el fútbol. Desde niño he seguido con gran devoción el deporte rey, pero año tras año, iba perdiendo el interés y crecía en mí una desafección al ver en lo que estaban convirtiendo a este maravilloso deporte.
Esto despertó en mi un sentimiento nostálgico. Añoraba el fútbol de antaño, el de antes de que todo fuera un negocio. Ese fútbol de antes, que tenía mucho de deporte, aunque fuera violento, y más bien poco de negocio.
En un intento romántico por recordar esos personajes, esos partidos y esas anécdotas empecé a escribir, aunque sin publicar, algunas de aquellas historias que me emocionaban y que se antojan casi imposibles en el fútbol actual.
Como casi siempre, todo en la vida tiene una cara y una cruz. Resultó que en este mundo había más de un loco romántico apasionado por el fútbol de antaño.
Esa pasión, ese amor/odio, logró unir en este proyecto a un acérrimo, aunque crítico culé con un servidor, que podríamos definir como un vikingo desencantado. Aunque debemos reconocer que ambos somos fieles seguidores del Rayo Vallecano.
Con esta mezcolanza de pasiones, odios, y románticos recuerdos, vividos o leídos, decidimos iniciar este proyecto, Odio Eterno Al Fútbol Moderno.
En él caben todos aquellos amantes del fútbol, independientemente de la camiseta. Es un deporte tan poderoso que puede hacer extraños compañeros de cama…
Allá vamos. Arrancamos con la máxima ilusión y como decía el bueno de Bill Shankly: