Antes de la construcción de este templo del fútbol alemán el Hamburgo jugó en otro campo situado también en el mismo lugar y en el que se proclamó dos veces campeón del campeonato alemán (1923 y 1928).
Para dar cabida a su enorme masa social en 1951 se comenzó a construir el Volksparstadion. Las obras duraron dos años dando como resultado un recinto con el doble de capacidad que su predecesor.
El reloj del Volksparkstadion
Desde el nacimiento de la Bundesliga en 1963 has su descenso en 2018, el Hamburgo SV fue el único equipo que permaneció todas y cada una de las temporadas en la élite del fútbol alemán.
Este hito les valió el apodo de “El Dinosaurio” y reflejaban con orgullo todo el tiempo que llevaban en la Bundesliga en un reloj de 14 metros ubicado en la grada del Volksparkstadion, que paró su contador a comienzos de mayo de 2018 cuando el Hamburgo SV dio con sus huesos en la 2. Bundesliga por primera vez en su centenaria historia.
Poco después el reloj fue sustituido por una enorme placa en la que se pueden leer las coordenadas en las que se ubica el estadio, en un intento de los dirigentes por mirar al futuro, alejando la nostalgia del pasado y los fantasmas de su primer descenso.
Grandes citas en el Volksparkstadion
El primer gran evento en el Volksparkstadion fue la Copa del Mundo de 1974 en la que acogió 3 encuentros del Grupo A, entre ellos el único duelo entre dos selecciones del mismo país, Alemania Democrática vs Alemania Federal.
14 años más tarde albergó la semifinal de la Eurocopa de 1988, partido en el que Holanda derrotó por primera vez en partido oficial a Alemania, gracias a los tantos de Ronald Koeman y Marco Van Basten que remontaron el gol inicial de Lothar Matthäus.
También fue sede de la Copa del Mundo de 2006 (cita para la que fue reconstruido) en cuatro encuentros de la fase de grupos y un duelo de cuartos de final.
Este templo del fútbol ha visto los mejores momentos en la historia de un grande venido a menos en los últimos años, así como Uwe Seeeler, One Club Man del Hamburgo SV, se convirtió en el máximo realizador de la Bundesliga logrando la friolera de 404 goles en 476 partidos.