En la temporada 1964-1965 el Kilmarnock FC logró el mayor hito de su centenaria historia conquistando su única Scottish Premiership hasta la fecha.
No lo pudo hacer por un margen más exiguo, ya que, el Killie logró su mayor hazaña por el estrecho margen de 0,042 goles a favor ¿Cómo pudo ser? El destino quiso que se enfrentasen en la última jornada los dos contendientes por el título, Kilmarnock y Hearts.
Los de Edimburgo lideraban la clasificación con dos puntos de ventaja sobre sus perseguidores. El 24 de abril de 1965 el Kilmarnock visitó Tynecastle Park con la necesidad de vencer mínimo 0-2 para tocar metal.
La victoria local, el empate o cualquier victoria visitante por un margen menor daba el título al Hearts por su mejor diferencia entre goles anotados y recibidos.
El triunfo, sufriendo, sabe mejor
Los locales eran favoritísimos, pero se enfrentaban a un equipo sin nada que perder, que en cuatro de las cinco anteriores campañas había rozado el título, quedando subcampeones y, en ese mismo período habían alcanzado la final de Copa en tres ocasiones.
Nada más arrancar el partido el atacante local Roald Jensen estrelló un cabezazo contra el palo, pero antes de llegar a la media hora el Kilmarnock golpeó por partida doble con los tantos de Davie Sneddon y Brian McIlroy.
Desde ese instante el encuentro fue un constante asedio del Hearts sobre la meta visitante, pero la falta de puntería y un colosal actuación del portero Bobby Ferguson evitaron el gol haciendo campeón al Killie.
Además del inesperado campeón, aquella temporada hubo otro hecho insólito en el fútbol escocés, siendo la única campaña de esta centenaria competición en la que ninguno de los dos colosos, Celtic y Rangers, logró quedar entre los tres primeros clasificados.
Por su parte tras la derrota el Hearts impulsó un cambio en la norma del desempate en caso e igualdad a puntos en la Scottish Premiership, modificación que irónicamente les privó de alzar el título en la campaña 1985-1986