A comienzos de la década de 1950 Ladislao Kubala llegó a Barcelona para darle una nueva dimensión al titán de la Ciudad Condal, que conquistó todos los trofeos en juego en España entre 1951 y 1953.
Su juego y voracidad goleadora reportaron al club azulgrana un buen puñado de títulos. Tal fue la expectación que generó, que la masa social del club se multiplicó hasta el punto de verse obligado a construir un nuevo estadio, el Camp Nou.
Si hubo un año mágico para aquella generación fue sin duda 1952, la temporada del conocido como Barça de las Cinco Copas, que alzó la Liga Española, la Copa del Generalísimo, la Copa Latina, la Copa Martini & Rossi y el Trofeo Duward.
Equipo de leyenda
Realmente fueron seis títulos, ya que, los culés también levantaron la Copa Eva Duarte, precursora de la Supercopa de España, pero al haber conquistado el “doblete” ganaron el trofeo sin tener que disputar partido alguno.
En aquel magnífico equipo dirigido por Ferdinand Daucik, además de su cuñado Kubala, sobresalían futbolistas como Basora, Biosca, Ramallets, Segarra o César Rodríguez, segundo máximo realizador histórico de la entidad azulgrana con 230 goles.
El Barça de las Cinco Copas, un equipo que firmó una de las páginas más doradas en la historia de la entidad. Aquel al que le cantó Joan Manuel Serrat y que con su fútbol marcó a toda una generación de aficionados culés.
La hegemonía de aquel equipo cambiaría mediada la década con la llegada de Alfredo Di Stéfano al Real Madrid cuando parecía tenerlo todo hecho con los azulgrana, pero esta es otra historia.