¿Qué es jugar bien? El eterno debate en el fútbol. Para gustos los colores. A unos les gusta el juego de toque y posesión, otros se decantan por estar bien cerraditos atrás y salir al contragolpe.
Sea como sea todos buscan lo mismo. Ganar. Y como diría Maquiavelo, el fin justifica los medios o ¿a qué aficionado le gusta que su equipo juegue muy bien y pierda? Casi seguro que a ninguno.
Alguien dijo una vez que jugar bien es plantear un plan de partido y que este salga a la perfección. Si bien es muy bello atacar, también lo es ver una exhibición defensiva, aunque no cabe duda que todos vamos a los estadios para ver goles y que es más vistoso el fútbol ofensivo que el defensivo.

Al hilo de todo esto vamos a hablar del equipo resultadista por excelencia, conocido en Italia como la “Signora Omicidi”. Exacto, la Juventus de Turín de la década de 1970. No jugaron vistoso, pero dominaron el calcio levantando cinco Scudettos y una Copa de Italia, a lo que sumaron su primer título continental, la Copa de la UEFA en 1977.
El Ciclo Legendario
Fue una de las etapas más exitosas en la historia de los “bianconeri”. Arrancó con la llegada a la presidencia a la presidencia del club de Giampiero Boniperti, que a finales de los 50 formó parte del denominado “Trío Mágico” junto a Omar Sívori y John Charles.
Su hoja de ruta fue clara desde el primer minuto. Fichar a los mejores jugadores del país y así llegaron a la Juventus los Bettega, Capello, Causio, Zoff y compañía.
Puede que no jugasen muy alegre y su estilo fuese ramplón. Defensivo y aprovechando la mínima oportunidad para marcar por un fallo del rival o gracias a un destello de calidad, haciendo gala de su extraordinaria pegada.
Aquel gusto por el “unocerismo” les valió el sobrenombre de la “Signora Omicidi”, haciendo referencia a la comedio negra británica de 1955 titulada The Ladykillers, en la que la señora Munson sobrevivía de maneras inimaginables al quinteto de hombres que querían asesinarla.
A imagen y semejanza de aquella amable anciana, la Vecchia Signora, aguantaba todas las embestidas de sus rivales para dar la estocada final en el momento oportuno, llevándose el gato al agua de esta forma en un sinfín de partidos que significaron un buen puñado de títulos para sus vitrinas.
