En ocasiones los equipos eligen unos colores porque simbolizan algo para la institución, en otras estos terminan en su camiseta por mera casualidad.
Un ejemplo es la zamarra del Athletic Club, el emisario viajó a las islas británicas para comprar las camisetas del Blackburn Rovers, pero al olvidársele las camisetas o no encontrarlas (según quién lo cuente) terminó llevando a Bilbao las del Southampton, de ahí que desde entonces vistan de rojiblanco y por extensión también lo haga el Atlético de Madrid.
Algo similar le ocurrió a la camiseta de la Juventus, que por error terminó rindiendo homenaje al Notts County, el club profesional más antiguo del mundo del fútbol.
Homenaje involuntario
El ex jugador de la Juventus y empresario textil John Savage, pidió a un amigo de su ciudad natal en 1903 que le mandase nuevas camisetas para cambiar la equipación de la “Vecchia Signora”, que desde su fundación en 1897 había sido completamente blanca hasta 1899, cuando empezaron a lucir camiseta rosa y pantalón negro, aunque el tejido no era de la mejor calidad, de ahí la necesidad de sustituirla.
Sus colores eran los mismos que representaban al Liceo classico Massimo d’Azeglio, la escuela a la que pertenecían los fundadores de la Juventus.
La intención no era cambiar los colores pero a la hora de la fabricación en Nottingham se equivocaron y enviaron la zamarra con rayas verticales blancas y negras de “Las Urracas”, el club decano de la ciudad.
Cuando llegaron las camisetas a Turín fueron rechazadas, pero al no disponer de otras para iniciar el Campeonato Italiano se vieron obligadas a utilizarlas, quedando el blanco y el negro vinculados para siempre a la entidad piamontesa.
Más de un siglo después, concretamente en 2011, los “bianconeri” decidieron invitar al club inglés a la inauguración del Juventus Stadium, su flamante nueva casa, para rememorar aquella anécdota que cambió los colores de la camiseta de la Juventus.