La respuesta es muy sencilla, en honor a uno de los salvajes antecedentes de este deporte, el Calcio Storico o Calcio Florentino. Una mezcla de lucha libre, fútbol y rugby, que se juega desde hace siglos y en el que está permitido prácticamente todo.
En el sentido estricto de la palabra “calcio” en italiano significa patada. Durante el esplendor del Imperio Romano había un entrenamiento militar conocido como harpastum, en el que dos equipos de 27 jugadores cada uno tenían el objetivo de llevar una pelota (normalmente con la mano) al extremo opuesto del terreno de juego.
El orgullo de Florencia
Los había tan apasionados de esta práctica que seguían jugándolo una vez jubilados. El harpastum fue desapareciendo poco a poco de todas las regiones romanas, excepto en una, Florencia (fundada en el 59 a.C.), donde se popularizó darle patadas a la pelota en lugar de portarla con la mano. Fue la génesis del Calcio Storico.
La pasión de los florentinos por este deporte hizo que ni las inclemencias climatológicas, ni incluso las guerras les apartasen de su cita anual con el Calcio Storico. Incluso durante el sitio de la ciudad el 17 de febrero de 1530 sus habitantes se pusieron a jugar burlándose del Ejército Imperial que les asediaba.
Un grave brote de peste a mediados del siglo XVII provocó que se dejase de jugar durante casi 300 años.
Alessandro Pavolini, un dirigente fascista, en aquel afán por recuperar las tradiciones y la vieja gloria de su nación, rescató del olvido el Calcio Storico en la década de 1930.
Antes del fascismo, concretamente el 1 de mayo de 1898, el Calcio regresó a las calles de Florencia. Apenas una semana después tuvo lugar en Turín el primer torneo de fútbol del que salió vencedor el Genoa CFC, pero para referirse a él utilizaron la palabra football.
Ese mismo año se fundó la Federación Italiana de Fútbol, que pasó a conocerse como Federazione Italiana Giuoco Calcio en 1911, en otra muestra de cómo la palabra football fue dando paso a calcio en el país transalpino en referencia a su ancestral juego.
Azul, rojo, blanco y verde. Cuatro barrios. Cuatro pasiones
Santa Croce (azul), Santa Maria Novella (rojo), Santo Spirito (blanco) y San Giovanni (verde), son los cuatro barrios (Quartieri) que históricamente han dividido Florencia, representados cada uno de ellos por una iglesia.
Esos cuatro barrios conforman otros tantos equipos que cada año se enfrentan en el Calcio Storico y, entre 2017 y 2020 la Fiorentina tuvo cuatro equipaciones secundarias con cada uno de estos colores a modo de homenaje.
El escritor, poeta y compositor Giovanni Bardi redactó las normas del Calcio Storico en su ensayo “Discorso sopra il giuoco del Calcio Florentino” publicado en 1580.
Su objetivo es muy simple. En cada extremo del campo hay un agujero y el equipo que logra un “gol” suma dos puntos y, si el conjunto que está atacando no logra anotar el contrincante recibe medio punto.
Juegan dos equipos de 27 jugadores cada uno, formados por cuatro datori indietro (porteros), tres datori innazi (laterales), cinco sconciatori (centrocampistas) y quince corridori (delanteros).
Al igual que en el Shrovetide Football casi todo está permitido, excepto golpear por la espalda, en las partes bajas o a un rival que ya está en el suelo, así como las patadas en la cabeza.
Si pasáis un 24 de junio por la Plaza Santa Croce de Florencia podréis disfrutar en directo de esta mezcla de fútbol y rugby con toques de lucha libre y grandes dosis de violencia.