El naranja es uno de los grandes emblemas de Holanda, pero la camiseta que lució su selección en su primer partido el 30 de abril de 1905 curiosamente no fue anaranjada, sino blanca con una franja diagonal con los colores de la bandera.
Durante los siglos XVI y XVII el país se encontraba bajo el dominio de la corona española, hasta que la Guerra de los Ochenta Años (1568-1648) culminó con la independencia de Holanda.
El estandarte del monarca Guillermo de Orange-Nassau era naranja, motivo por el cual se convirtió en el color oficial de la nación.
Todo en este país es naranja. Oranje, que sirve para denominar tanto el color como la fruta en neerlandés, es también el apodo del equipo, aunque seguro que os sonará más el de “Naranja Mecánica”, aquellos campeones sin corona comandados por Johan Cruyff que asombraron al mundo del fútbol durante la década de 1970.
El patrocinio de la Oranje
La camiseta de Holanda tiene otra particularidad. Es una de las pocas selecciones nacionales que ha lucido publicidad. Esta llegó a los clubes en 1973 con el Eintracht Braunschsweig como pionero, pero los combinados nacionales han sido terreno vedado para las marcas pues así lo estipula expresamente el reglamento de la FIFA.
Holanda es uno de esos pocos casos que han logrado bordear la norma y a lo largo de su historia ha sido patrocinada por Philips, Coopers & Lybrand Dijker Van Dien, ING y Texaco. Eso sí, siempre en sesiones de fotos o partidos amistosos, nunca en un encuentro oficial.
Otros equipos que utilizaron este tipo de artimañas para llevarse un pellizco burlando la norma del organismo más importante del fútbol fueron Argentina en 1989, luciendo Renault en su pecho en un duelo amistoso contra un combinado de jugadores sin equipo. Además para evitar la posible multa, retiraron el escudo de la AFA.
Dos años antes la verdeamarela lució el logotipo de Coca-Cola en un amistoso contra Chile, causando un gran rechazo entre sus aficionados, llevándose además una sanción económica de la FIFA. Lo propio hizo Colombia con el patrocinio de la cervecera Bavaria en sendos encuentros ante Chile y Estados Unidos en 1993, por la que también fueron multados.
Un pasito más allá fue Irlanda, que para no incumplir la normativa solo vende la camiseta con publicidad a los hinchas, mientras que la oficial se mantiene inmaculada.