Su puesto en el centro del campo a partir de ese momento lo iba a ocupar Alfredo Zibechi. “El Indio”, que había llegado a Club Nacional de Football en 1911 se había sido el mariscal de la medular «Tricolor»durante 7 años.
En ese tiempo disputó 207 encuentros y ayudó a ganar la friolera de 19 títulos a Nacional, a lo que sumó la Copa América de 1917 con la selección uruguaya.
Fuerte y con un coraje inquebrantable la figura de Abdón Porte era el vivo reflejo de la garra charrúa. Para él no era un equipo, era una forma de vida. Capaz de todo por defender aquella camiseta.
Pese a su juventud (25 años) el entrenador buscaba nuevos bríos en el centro del campo. Abdón Porte no fue capaz de asumir aquella decisión. Su reacción no pudo ser más trágica y visceral.
Una decisión inasumible
Tomó un tranvía hasta las puertas del Gran Parque Central. Aprovechando la oscuridad llegó hasta el centro del campo sin que nadie le viese. Allí, en el lugar donde tantos disfrutaron de sus hazañas, sacó una pistola y con un tiro en el pecho puso fin a su vida.
El tiempo en su imparable avance no perdona a nadie. Los jugadores pierden velocidad, reflejos y resistencia . Las piernas cargadas por miles de kilómetros no responden como antaño, pero el futbolista nunca quiere dejar el juego.
Algunos comparan el fútbol con una droga. Una necesidad inherente al futbolista por competir y sentir la pelota en sus pies.
Pese a toda aquella melancolía nadie podía pensar que esta pasión de Abdón Porte por su querido Nacional iba a llevarle al suicidio una vez no pudiese defender sus colores sobre el césped.
Menos de un mes después de esta tragedia era la fecha de su boda. Junto a su cuerpo encontraron dos notas de despedida. Una de ellas decía lo siguiente:
Por la sangre de Abdón
Abdón Porte fue enterrado en el cementerio de La Teja de Montevideo, al lado de los hermanos Bolívar y Carlos Céspedes, dos leyendas de Nacional que fallecieron muy jóvenes a causa de un virus.
Desde aquel fatídico día Abdón Porte ha sido objeto de multitud de homenajes por parte del club de sus amores y siempre está en el recuerdo de la hinchada de Nacional bajo el lema “Por la sangre de Abdón”.
Fútbol y pasión son inseparables, más aún en aquella época en la que se jugaba de forma amateur. El dinero aún no había corrompido este maravilloso deporte.
Abdón Porte, un enamorado del fútbol que no pudo soportar que le separasen de su querido Nacional y se quitó la vida por amor. Sin su «Tricolor» él ya no sabía vivir. Dejó este mundo de forma trágica para convertirse en leyenda.