A pesar del regreso de Gareth Bale a la disciplina de los Spurs y su reciente “debut”, 7 años después de su marcha al Real Madrid, no me estaba refiriendo al galés.
Mucho antes de que «El Expreso de Cardiff» llegara a White Hart Lane, a comienzos de los años 60, el club vivía la época más gloriosa que recuerdan en el norte de Londres.
La leyenda de los Spurs Bill Nicholson, colgó las botas en 1955 para pasar a formar parte del cuerpo técnico del club de su vida, hasta hacerse con las riendas del club en 1958.
Ahora y siempre, salvo excepciones muy concretas, el motor de un equipo suele ser su centro del campo y eso mismo debió pensar Nicholson cuando decidió reforzar esa parcela del campo.
John White se había formado en el Alloa Athletic y de ahí había dado el salto al modesto Falkirk FC de la máxima categoría, ambos clubes de su Escocia natal.
En poco mas de una temporada, la 58-59 y, con apenas 20 primaveras John White deslumbró al panorama futbolístico, dejando claro que el país del cardo se le había quedado pequeño.
John White era un delgado y menudo centrocampista que rebosaba talento. Gozaba de una visión de juego privilegiada con una habilidad especial para el último pase. Se movía rapidísimo y abarcaba muchísimo campo, de eso que parecen estar en todas partes.
La llegada de «El Fantasma»
Por esto y por otros motivos rápidamente le apodaron “El Fantasma”, aunque es innegable que su tez pálida y su rubicunda cabellera contribuyeron al mote. Esa apariencia que echó atrás a otros grandes a la hora de ficharle.
El que más cerca estuvo fue el Glasgow Rangers, pero finalmente le descartaron al considerarle frágil y enclenque.
Fue entonces cuando entró en escena el Tottenham de Nicholson, que a pesar de las criticas recibidas por la prensa de la época, tenía claro que sería la piedra angular de su proyecto.
Nicholson se las ingenió para conseguir informes del servicio militar de John White y las referencias corroboraron lo que él pensaba, que de frágil solo tenía el aspecto, además de confirmar que era un corredor excepcional.
Los Spurs pagaron 22.000£ de la época por “The Ghost”, cantidad que el jugador no tardó en reducir a algo insignificante con cada demostración de talento.
Pronto se convirtió en el estandarte del club, ídolo de la afición de White Hart Lane a la que encandiló con sus eléctricos regates y sus asistencias magistrales.
White movía el equipo a su antojo. Era el amo y señor del partido. Lo desatascaba con un pase imposible.
El resurgir del Tottenham
Evidentemente White no estaba solo, Cliff Jones, Les Allen, Danny Blanchflower, Jimmy Graves, Terry Dyson, Dave Mackay fueron muy buenos futbolistas y fundamentales en aquel equipo.
White era el director de aquella orquesta y hacía mucho mejores a sus compañeros
Prueba de ello es que de los 15 partidos que se perdió “The White” durante su etapa en los Spurs, su equipo solo ganó uno.
Durante esos años el Tottenham nunca quedó por debajo del cuarto puesto, cosa que sin él de corto había sido algo habitual.
La 1960-1961 fue sin duda su mejor temporada de la historia. Levantaron la First Division y la FA Cup, firmando el primer doblete del siglo XX en el fútbol inglés. A estos títulos sumaron poco después la Community Shield.
Consiguieron su récord histórico de goles con 115 tantos, permanecieron invictos durante 16 jornadas y fueron el equipo en alcanzar la mayor puntuación en el torneo hasta la fecha (68).
En 1962 volvieron a levantar la Community Shield y la FA Cup, solo el SL Benfica de Eusebio, a la postre campeón, fue capaz de apearles en semifinales de la Copa de Europa.
La guinda al pastel llegó en 1963. Se convirtieron en el primer equipo británico en conquistar un título continental, levantando la Recopa de Europa, tras vencer al Atlético de Madrid en la final.
Los atléticos contaron que marcar a John White era como perseguir una sombra. Menudo, eléctrico y rapidísimo.
El pequeño escocés destrozo al Atlético de Madrid con un gol y tres asistencias en aquel 5-1. La peor pesadilla de los colchoneros aquella noche en Rotterdam.
«El Fantasma» siempre entre los Spurs
Con 26 años White era el buque insignia del equipo y el santo al que se encomendaban en White Hart Lane. Todo cambió de forma drástica el 21 de julio de 1964.
Aquel día, White jugaba un partido de golf en Crew Hill, cuando se desató una fuerte tormenta y ante la imposibilidad de seguir jugando, el escocés decidió buscar cobijo bajo un árbol.
Mala decisión que lamentaría eternamente todo el mundo del fútbol y especialmente la parroquia de White Hart Lane.
El destino quiso que un rayo impactara junto al dichoso árbol y alcanzara de llenó a John White acabando prematuramente con su vida.
Ese día nació la leyenda del fantasma de White Hart Lane, y es que se dice que White no falta nunca a un partido de su equipo y los Spurs siempre juegan con 12.
En las tardes de futbol en el viejo estadio londinense, siempre que el cielo se oscurecía y comenzaba a tronar, los más veteranos del lugar repetían una frase: «No os preocupéis, The Ghost acaba de llegar».