Aquella fecha tan especial para la parroquia deportivista quedó marcada por un grave incidente. El incendio de Riazor.
El doblete de Zoran Stojadinovic ante el Real Murcia dejó atrás casi dos décadas de sinsabores para un Deportivo de La Coruña que llegó a jugar en Tercera División y padeció varios intentos frustrados de ascenso.
Sin ir más lejos un año antes ese mismo escenario vio con pesadumbre como el CD Tenerife les dejó con la miel en los labios en la promoción.
El accidentado inicio de una nueva era
Aquel 9 de junio de 1991 los blanquiazules lloraron de nuevo, pero esta vez de alegría y sin saberlo arrancaba la mejor etapa en la historia del club, manteniéndose en la máxima categoría durante 20 años, además de conquistar los seis trofeos que figuran a día de hoy en su palmarés.
Arsenio Iglesias armó un equipo equilibrado, mezclando jugadores veteranos y con experiencia en la élite con jóvenes perlas de la casa como Fran González, que se convertiría en One Club Man y una de las grandes leyendas de los herculinos.
La última jornada en Riazor se convirtió en una gran final ante el Real Murcia, líder de la tabla y al que un empate le bastaba para subir, mientras que los locales necesitaban la victoria si querían agarrar el billete a Primera sin tener que pasar por la promoción.
Nada más arrancar el choque todo parecía torcerse para los intereses del Deportivo de La Coruña. El encuentro tuvo que pararse por un incendio en la tribuna de Preferencia de Riazor a causa de una bengala.
Fin a 18 años de meigallo
Arsenio Iglesias se lamentaba en la televisión gallega de que siempre afectaban al equipo fenómenos externos los días importantes, mientras los hinchas saltaban al césped huyendo de las llamas.
Tras casi una hora en la que la heroica intervención de los bomberos evitó la tragedia en Riazor, se reanudó el choque con el Murcia atosigando a los locales.
Ya en la segunda mitad, Fran sacó a relucir su calidad y Stojadinovic llevó la tranquilidad a la grada con dos goles. El ariete serbio quemó el “meigallo” (hechizo de las meigas) y casi dos décadas después el Deportivo de La Coruña recuperaba su sitio en la élite.
En la Plaza de María Pita Augusto César Lendoiro entonó su famoso “Barça, Madrid, ya estamos aquí”, que en aquel momento pudo parecer una fanfarronada, pero poco después su equipo se mediría de tú a tú con los mejores del Viejo Continente.