Con esto nos referimos a grandísimos jugadores (normalmente en el ocaso de su carrera) que incomprensiblemente acaban en clubes que nadie se espera o el caso diametralmente opuesto, futbolistas de menos talla que fichan a bombo y platillo por uno de los grandes.
En todas partes cuecen habas
Uno de los más prolíficos en el terreno de los fichajes random fue el FC Barcelona durante la etapa del Dream Team.
Johan Cruyff fue todo un experto en el arte volver loco a todo el mundo con sus fichajes. El «Flaco» mismo fue uno de esos fichajes que nadie espera a comienzos de los 80, hasta tal punto que su última experiencia en España como jugador fue en el Levante, en Segunda División.
Otro caso muy sonado en el conjunto granota fue el fichaje de Predrag Mijatovic en el ocaso de su carrera. Tras descender con la Fiorentina y con 33 años fichó por el Levante en 2002, que por aquel entonces militaba en Segunda. Lejos de sus mejores años, disputó 21 partidos y anotó 3 goles.
Allí compartió delantera con el mítico Edwin Congo, pero no lograron el ansiado ascenso.
Expertos en repescas
Otro equipo experto el arte de «pescar» sorpresivamente estrellas en el ocaso de su carrera es el Espanyol. En 1963 llegó un Ladislao Kubala Tras una temporada retirado descolgó las botas y volvió ¡pero al vecino y eterno enemigo!
Otra jugada maestra de los pericos fue convencer a Di Stéfano para que rechazase otras ofertas de grandes clubes y llegase al conjunto blanquiazul con 38 años para jugar a las órdenes de su amigo íntimo Laszly.
En 1992 gran parte del mundo puso a España en el mapa por varios motivos: El Barça levantó su primera Copa de Europa, meses después la misma ciudad albergó los Juegos Olímpicos y Sevilla la Exposición Universal.
Seguramente lo más mediático de todo lo sucedido en la capital hispalense durante aquel verano fue la llegada de Maradona. Contra todo pronostico el mejor jugador el mundo, pese a llevar un año sancionado por dopaje, recalaba en un club desconocido entonces en el panorama internacional.
Humildes con delanteros de altos vuelos
Un año antes había salido del Sánchez Pizjuán el goleador Toni Polster, pero lo sorprendente fue su destino. El atacante de 26 años ganador de la Bota de Oro de 1987 recaló para sorpresa de todos en el CD Logroñés.
Al austriaco le gustaban las emociones fuertes porque al final de temporada cambió Las Gaunas por el Estadio de Vallecas.
Tras una buena temporada en Logroño, Polster se convirtió en el fichaje estrella del Rayo Vallecano, donde también dio un muy buen rendimiento.
Y es que en este humilde barrio también son expertos en pescar en río revuelto. Prueba de ello es que tras la salida de Polster llegó otro artillero de muchos quilates, Hugo Sánchez. El mexicano, pese a sus 35 años, marcó 17 goles en 35 partidos, una cifra más que aceptable.
«Pescando» estrellas
Donde siempre han tenido mucho ojo para este tipo de cosas es en Zaragoza. Solo así se explica los grandísimos jugadores que han pasado por el club, muchos antes de ser conocidos por el gran público.
Está el caso de Frank Rijkaard, que vistió la camiseta del club maño un año antes de llegar a San Siro, o Cafú, considerado por muchos el mejor lateral derecho del mundo, que pasó su primer año en Europa en La Romareda, pese a no jugar demasiado formó parte de la plantilla que conquistó la Recopa de Europa.
Además de jóvenes valores los maños también han pescado jugadores veteranos de renombre como Andreas Brehme. El teutón, campeón del mundo en 1990, fichó por el Zaragoza dos años después.
A pesar de la rajada el día de su presentación, su rendimiento fue aceptable en esa única temporada allí.
En Pamplona se las apañaron para que un campeón de Europa como Michael Robinson fichara por Osasuna solo dos veranos después de levantar la «orejona» y, una temporada más tarde lo hizo su amigo, dos veces campeón de Europa, Sammy Lee.
Mas reciente es la incorporación de Kiko al Extremadura, tras su primera temporada en Segunda División con el Atlético de Madrid, se frustró su fichaje por la Lazio y terminó en Almendralejo, donde jugó media temporada antes de retirarse con apenas 30 años.
Mejor de lo esperado
En El Molinón recuerdan con cariño a Julio Salinas que llegó en 1995 y permaneció allí dos temporadas, anotando 22 goles en la primera de ellas.
Caso contrario fue el que sufrieron sus vecinos del Real Oviedo, que contrataron a Stan Collymore en la cúspide de su carrera y apenas disputó 3 partidos y su fichaje fue un auténtico fiasco. Más tarde supimos que durante su llegada a Asturias el futbolista pasaba una difícil etapa personal.
Algo similar sucedió con Boban en el Celta de Vigo, que con 33 castañas llegó tras salir de AC Milan. En Balaídos no llegó ni a los 200 minutos y apenas dejó algún destello de su tremenda calidad.
Hay cosas que pese al paso del tiempo no cambian, el mercado sigue tan loco como siempre y en la actualidad nos sigue deparando fichajes de lo más sorprendentes año tras año.