El viejo rockero Roberto Baggio eligió la escuadra de «Las Golondrinas» para finalizar su exitosa carrera. Allí coincidió con un elegantísimo centrocampista, Andrea Pirlo, que aun tenía que demostrar la calidad que atesoraba en sus botas.
Esta maravilla de gol de Roberto Baggio, orquestada entre dos de los mayores talentos del fútbol italiano el 1 de abril de 2001, puede interpretarse como el momento en el que «Il Divino» dio la alternativa a «Mozart». Pasado y futuro de la Juventus de Turín unidos en una obra de arte.
Baggio permaneció tres años más con «La Leona», mientras que «El Metrónomo» puso rumbo al AC Milan para comenzar una carrera plagada de éxitos hasta convertirse en leyenda del fútbol italiano.
Andrea Pirlo tardaría una década en vestir la camiseta de la «Vecchia Signora«, banquillo en el que ha debutado recientemente. Incomprensiblemente le dejaron marchar de Milán cuando aún le quedaba mucho fútbol en sus botas.
Entre ambos le «robaron» in extremis dos puntos al equipo «bianconeri» que fueron vitales para la resolución de la Serie A, campeonato que voló a Roma casi dos décadas después.