Nació el 25 de marzo de 1918 en Folkestone, un pequeño pueblo portuario situado en el condado de Kent. Gran amante del fútbol desde la más tierna infancia, cuentan que ningún equipo de la zona le aceptaba por su color de piel.
Contra todo y contra todos
A los 20 años entró a prueba en el Clapton FC, donde tuvo que soportar ser abucheado por sus propios aficionados y humillado por los rivales, incapaces de asumir que un negro les ganase. Con perseverancia y trabajo Walter Tull ayudó a su equipo a levantar tres trofeos y logró convertir esos sonidos guturales en aplausos.
Pronto destacó como un centrocampista con mucha llegada y apenas un año después fichó por el Tottenham Hotspur, convirtiéndose en el tercer futbolista negro en jugar en la Football League tras Arthur Wharton y Willie Clarke.
Con los Spurs apenas disputó 10 partidos. Su periplo en el club londinense arrancó con una gira por Sudamérica, que le convirtió en el primer futbolista negro en jugar en América Latina.
Dos años más tarde recaló en el Northampton Town, dirigido por el legendario Herbert Chapman (inventor de la formación WM). Allí se convirtió en un fijo en el once y, por fin, obtuvo el cariño de una afición. Tres años más tarde firmó un precontrato con el Glasgow Rangers, pero la guerra se interpuso en su vida.
De los terrenos de juego a la trinchera
Como millones de jóvenes se alistó en el Ejército Británico y participó en sangrientas batallas sangrientas como la del Somme en 1916. Tras un breve período en Inglaterra recuperándose de lo que denominaron como “una crisis maniática aguda”, fue destinado ya como teniente a Italia y a comienzos de 1918 regresó al campo de batalla en Francia.
En la ciudad de Arrás le encontró la muerte a los 29 años durante la terrorífica ofensiva alemana contra los aliados en marzo de 1918, que dejó más de 36.000 soldados fallecidos sin que sus restos pudieran ser ni identificados, ni recuperados por sus seres queridos.
Desde 1999 un monumento en su honor nos recibe a las puertas del Sixfields Stadium, la casa del Northampton Town, el club en el que más destacó. La inscripción que lo acompaña es de lo más elocuente y resume a la perfección su corta pero intensa vida: “Walter Daniel John Tull ridiculizó las barreras de la ignorancia, su corazón aún late con fuerza”.
Digno homenaje para un hombre que combatió en dos frentes, en las trincheras de la Primera Guerra Mundial y contra el racismo.