Corría el año 2002, Stade Olympique l’Emyrne y el AS Adema, los dos grandes rivales de Madagascar, peleaban por el título.
En la penúltima jornada el SO l’Emyrne se jugaba un puesto en la final en el campo del DSA Antananarivo. Los visitantes dominaban 1-2 en el marcador, pero a dos minutos del final el colegiado Razafintsalama pitó un discutible penalti a favor de los locales.
El 2-2 dejaba sin opciones de revalidar el título al SO l’Emyrne, que el 31 de octubre debía jugar la última jornada del campeonato regular, precisamente ante el AS Adema. En ese encuentro se iba a registrar la mayor goleada de la historia.
Una extraña venganza
Pese a la polémica arbitral, Razafintsalama volvió a ser designado para dirigir la contienda. Jugadores y cuerpo técnico del SO l’Emyrne se lo tomaron como una afrenta personal.
Tras otra controvertida decisión del colegiado a favor del AS Adema, se desató otra tormenta de protestas del equipo visitante
La reacción fue la más inesperada posible. Podían haberse retirado del campo. Enfurecerse y “comerse” a su eterno rival a base de coraje. No. Ni mucho menos. Optaron por marcarse 149 goles en propia puerta a modo de protesta.
Se trata de la mayor goleada de la historia, muy por encima de la mayor paliza entre selecciones, los 31 goles que le endosó Australia a Samoa Americana un año antes, o la mayor goleada en un Mundial, el 10-1 de Hungría a El Salvador en 1982.
Los jugadores del SO l’Emyrne corrieron una y otra vez para introducir el balón en su propia portería ante la perplejidad de lsus contrincantes.
Los aficionados muy descontentos con el “espectáculo” que estaban viendo sobre el césped, abandonaron el estadio y reclamaron la devolución de la entrada.
¿Qué pasó tras la mayor goleada de la historia?
El AS Adema resultó campeón del torneo mientras que el SOE (actualmente en Segunda División) no ha vuelto a lograrlo desde su primera conquista en 2001.
Semanas después de este surrealista encuentro, el técnico del SO l’Emyrne, Ratsimandresy Ratsarazaka, fue sancionado con tres años de inhabilitación por orquestar esta singular protesta.
Los tres jugadores del SO l’Emyrne Mamisoa Razafindrakoto, Manitra Andrianaina y Rakotoarimanana Tolojanahary, encargados de marcar los 149 goles, con el beneplácito del portero, Dominique Rakotonandrasana, fueron sancionados con un año de inactividad.
Poco después todos los miembros de la Federación fueron destituidos por el ministro de Deportes de Madagascar tras ser investigados por corrupción arbitral. En el fondo el entrenador el SO l’Emyrne llevaba razón.
Esta «autopaliza» superó al 36-0 conseguido por el Arbroath FC ante el Bon Accord FC el 12 de septiembre de 1885 en la Copa de Escocia, figurando en el libro Guinness de los récords como la mayor goleada de la historia.