La década de 1930 fue una de las más convulsas en la historia del Viejo Continente. En plena efervescencia nazi, a finales de 1935 se acordó disputar en Londres un amistoso entre Inglaterra y Alemania.
Al instante proliferaron las movilizaciones de la densa comunidad judía en la capital inglesa pidiendo a las autoridades que prohibiesen la entrada a los germanos.
La lucha ideológica pasó del Parlamento a las calles. Unos veían el peligro de dejar exhibir la simbología nacionalsocialista en su país, mientras los simpatizantes les esperaban con los brazos abiertos.
Todo menos fútbol
Finalmente la Federación Inglesa siguió con la iniciativa tratando de separar fútbol y política, pero el ambiente estaba enrarecido, más aún cuando se convocó una manifestación antinazi en las inmediaciones de White Hart Lane, estadio en el que se dieron cita 10.000 germanos rodeados por más de 40.000 ingleses.
Afortunadamente no hubo incidentes. La esvástica ondeó en el estadio del Tottenham Hotspur y los visitantes escucharon su himno haciendo el saludo fascista. En lo meramente futbolístico el triunfo se quedó en casa, 3-0, con doblete de George Camsell y un gol de Cliff Bastin.
Se avecinaba jaleo, por lo que la policía londinense ideó un plan especial para evitar los disturbios. Lo más reseñable fue que un aficionado inglés, Ernie Wooley, sacó un cuchillo y cortó la cuerda que sujetaba la bandera con la esvástica en lo alto del estadio. Fue detenido por la policía, pero su acto nunca fue juzgado.
Inglaterra rinde pleitesía a Hitler
Tres años después, con el ambiente político aún más caldeado, los ingleses devolvieron la visita. En un Estadio Olímpico de Berlín lleno hasta la bandera.
Instantes antes del choque los futbolistas ingleses recibieron la orden por parte de su embajador de escuchar ambos himnos realizando el saludo fascista. Una instantánea que sigue causando vergüenza a cualquier inglés.
Todos recuerdan aquella imagen, que provocó bochorno en Inglaterra por el servilismo injustificado hacia Adolf Hitler y, pocos que los visitantes se llevaron la victoria 3-6 ante un equipo alemán repleto de futbolistas austríacos.
Apenas un año más tarde empezó el conflicto bélico, Alemania invadió Polonia e Inglaterra les declaró la guerra.