En aquel mismo campeonato y curiosamente también ante el combinado soviético, Ronnie Whelan ejecutó una volea que nada le tiene que envidiar a la del ariete tulipán.
Mick McCarthy ejecutó un potente saque de banda y sin dejarla caer el bueno de Whelan la empalmó con la zurda desde la frontal para hacer inútil la estirada de Dassaev.
Un golazo memorable que acercaba a los de Jack Charlton a la semifinales del torneo, pero que contrarrestaron los soviéticos en el tramo final dejando al “Ejército Verde” con la miel en los labios.
Este fue el último de los tres goles que el por entonces centrocampista del Liverpool marcó con la camiseta de su país y sin duda, uno de los más bellos que se han visto en el prestigioso torneo de selecciones del Viejo Continente.