Llegó a Mestalla durante el mercado invernal y logró la nada desdeñable cantidad de 8 goles en 23 partidos.
El más recordado lo logró en el Vicente Calderón frente al Atlético de Madrid y, sirvió para cerrar el 1-4 por el que se impusieron los che el 15 de marzo de 1997.
Leandro entró en el terreno de juego con 1-3 y cerró el marcador en el 89′. El gol no es nada del otro mundo, pero la celebración quedó en la retina de todos y, según el jugador nació fruto de la casualidad.
En una ocasión «Burrito» Ortega festejó un tanto haciendo el perrito y otros compañeros imitaron su gesto.
Leandro acordó hacer lo mismo cuando marcase y así hizo en un partido frente al Sevilla, pero nadie le acompañó y así quedó su celebración personal.
Dejó el conjunto che al finalizar la temporada rumbo al Sporting de Portugal y regresó a la Liga años después para jugar otro año en Tenerife, donde apenas jugó, no marcó y ni mucho menos logró hacer nada que hiciese olvidar su perrito a los aficionados españoles.