Fue el diseñador Giorgio Muggiani, uno de los 44 ex socios “rossoneri” que fundaron el Inter de Milán el 9 de marzo de 1908, quien eligió los colores “nerazzurri”.
Según cuentan el azul simbolizando el cielo y el negro por la noche en la que nació el club. Aunque otra versión mucho menos poética indica que eligieron el azul para ser lo más distintos posibles a sus vecinos.
A finales de la década de 1920 con la obsesión del régimen fascista por unificar los clubes de las grandes ciudades y así evitar conflictos entre los aficionados, el Inter fue obligado a fusionarse con la Unione Sportiva Milanese.
Esta unión obligó a los “nerazzurri” a cambiar su nombre por Associazione Sportiva Ambrosiana, así como sus colores, pasando a vestir una camiseta blanca con una cruz roja que atravesaba todo el pecho, a imagen y semejanza de la bandera de Milán.
La camiseta de la discordia
Este cambio apenas duró una temporada (1928-1929) y la camiseta del Inter de Milán volvió a lucir sus tradicionales franjas verticales azules y negras.
Una de las camisetas más polémicas en la historia del Inter de Milán fue la que lucieron para celebrar su centenario en la temporada 2007-2008, recuperando aquella cruz roja sobre fondo blanco en el uniforme visitante.
En la campaña 1966-1967 su zamarra añadió al diseño por primera vez la estrella dorada que le certificaba como vencedor de la Serie A en diez ocasiones.
La incluyeron porque representa el emblema de San Ambrosio, el patrón de la ciudad de Milán y si os fijáis también aparece en el escudo de su vecino AC Milan, pero el motivo de la polémica fue que en su tiempo este símbolo fue utilizado por el Partido Nacional Fascista (PNF), aunque la hinchada interista no hizo aquella asociación y fue un auténtico éxito de ventas.
El 27 de noviembre tras el duelo que midió a Inter de Milán y Fenerbahçe en el Giuseppe Meazza un abogado turco denunció ante UEFA y FIFA al equipo local porque entendió que aquella camiseta hacía referencia a las Cruzadas y a la preponderancia de una religión sobre todas las demás.
La directiva interista por su parte emitió un comunicado, desligando su camiseta de todo aquel significado y mostrándose dispuestos a dejar de utilizarla siempre que los equipos turcos eliminaran la media luna de sus respectivas zamarras. Finalmente aquella agria polémica quedó en agua de borrajas y no hubo ninguna sanción.
