Cuando dio sus primeros pasos allá por 1910 la camiseta de la selección italiana era completamente blanca. Algo muy común en aquella época debido a que era el color más fácil de encontrar y el más económico.
Hay una teoría que desmiente lo anterior e indica que vistieron de blanco en su primer duelo ante Francia en homenaje al Pro Vercelli, el equipo más potente de la época en Italia, que conquistó siete veces el Scudetto entre 1908 y 1922.
Solo un año después se produjo la llegada del azul a la camiseta de Italia, en homenaje al color del estandarte de la Casa Real de Saboya, que gobernó el país transalpino tras su unificación a finales del siglo XIX.
Así el primer partido luciendo la “azzurra” fue el 6 de enero de 1911 ante el combinado nacional de Hungría.
Existen otras teorías al respecto. La más romántica asegura que el azul en la camiseta de la selección italiana es una alegoría del cielo y los mares italianos y, otra más práctica indica que en aquel duelo ante los magiares cayó una copiosa nevada sobre Milán y utilizaron el azul para poder distinguir a los futbolistas.
Del blanco al azul… pasando por el negro
En 1934 con motivo de la organización de la segunda edición de la Copa del Mundo en el país transalpino el azul celeste dio paso a una tonalidad más oscura que ha perdurado hasta nuestros días.
Más oscura fue la llegada del fascismo con el dictador Benito Mussolini a la cabeza. Entonces la “azzurra” quedó a una lado y la camiseta de la selección italiana pasó a ser negra, color que representaba a la Milicia Voluntaria para la Seguridad Nacional.
Los futbolistas italianos la portaron en los Juegos Olímpicos de 1936 y en la Copa del Mundo disputada dos años después en tierras galas, coronándose campeones en ambos torneos
Una vez derrocado el fascismo el negro desapareció para siempre de la camiseta de la selección italiana.