Aquel partido terminó en escándalo y es recordado como “La Batalla e Florencia” amén a la excesiva dureza con la que se emplearon los futbolistas de la azzurra y la pasmosa permisividad del colegiado de aquella contienda.
Finalmente los italianos se llevaron su Mundial y cuatro años después repitieron gesta en tierras francesas convirtiéndose en la primera selección en ganar dos torneos consecutivos.
Desde entones España e Italia se vieron las caras en otras dos ocasiones en un gran torneo, fue en la Eurocopa de 1980 y 1988, encuentros que terminaron en empate sin goles y con victoria por la mínima de los italianos respectivamente.
Así la España de Clemente y la Italia de Sacchi se volvieron a ver las caras el 9 de julio de 1994 en el Foxboro Massachusetts. Los españoles querían romper la maldición ante su gran bestia negra y los italianos esperaban demostrar su papel de favoritos, sacando a relucir su poderío defensivo y el gran estado de forma de su gran estrella, Roberto Baggio.
Jugamos como nunca… Perdimos como siempre
Italia, como otras tantas veces pasó el grupo con lo justo. Tercera, con cuatro puntos. Perdieron ante Irlanda, ganaron por la mínima a Noruega y empataron frente a México.
En octavos las pasaron canutas. Emmanuel Amunike adelantó a Nigeria en la primera parte y la azzurra se quedó con 10 tras la expulsión de Gianfranco Zola a 14 minutos para el final. Roberto Baggio igualó en el último suspiro y dio de penalti el pase a los suyos en la prórroga.
Por su parte, España fue de menos a más. En un clima de alta tensión por el constante rifirrafe entre Javier Clemente y la prensa, empezaron dubitativos igualando 2-2 ante Corea del Sur, en un duelo que ganaban 2-0 a cinco minutos para el pitido final.
Empataron ante la vigente campeona Alemania con un golazo de Goikoetxea y sellaron su pase a las eliminatorias goleando a Bolivia. En octavos firmaron otro partidazo doblegando 3-0 a Suiza.
Aquel España vs Italia de 1994 fue un partido trabado en el que primó lo táctico sobre la fantasía, pero si una de las dos selecciones puso fútbol sobre el terreno de juego, fue la que vestía de blanco.
A los 26 minutos de juego Dino Baggio se sacó un latigazo ante el que nada pudo hacer Zubizarreta. A partir de ese momento los de Sacchi se echaron atrás y la medular española tomó el mando del partido.
En el 59’ se hizo justicia, Caminero, uno de los hombres del torneo, igualó la contienda con algo de fortuna, ya que, su remate lo desvió Benarrivo. Comenzaba asi un nuevo partido. España se lo creía e Italia estaba más timorata de lo habitual.
Pero el tópico se cumplió una vez más. El que perdona lo termina pagando. El final de aquel España vs Italia de 1994 es por todos conocido y le viene como anillo al dedo aquella máxima de jugamos como nunca, perdimos como siempre.
Y Julio Salinas hizo llorar a toda España
De aquel encuentro hay otras dos imágenes que quedaron en el imaginario popular de los futboleros españoles. El fallo de Salinas ante Pagliuca en una ocasión que era gol cantado y el alevoso codazo de Tassotti que rompió la nariz de Luis Enrique.
Las lágrimas de impotencia del asturiano fueron las de todo un país que vio como caían de nuevo en la ronda maldita y ante su bestia negra, pese a haber sido superiores sobre el césped.
Tampoco olvidan a Sándor Puhl, el árbitro que no vio aquella agresión del zaguero italiano y que fue enemigo público español hasta la entrada en escena de Al-Ghandour ocho años después.
No sirvió de consuelo, pero Tassotti fue sancionado por la FIFA y no pudo disputar ni la semifinales ante Bulgaria, ni la final contra Brasil. De hecho no se volvió a vestir la camiseta de su país. Paradójicamente, pese a su error, el colegiado húngaro fue agraciado con el premio de dirigir la gran final.
Roberto Baggio abonado a la “zona Cesarini” en el torneo estadounidense dio la puntilla a los españoles con un golazo en el último minuto. Una de las pocas jugadas en las que la zaga española dejó florecer el enorme potencial de los atacantes italianos.