Sucedió el 10 de junio de 1978. Francia quedó encuadrada en el grupo junto a Italia, Argentina y Hungría.
Los galos cayeron 2-1 en sus dos primeros enfrentamientos ante argentinos e italianos y llegaban ya sin opciones de clasificación a la última jornada, misma situación para los húngaros que también habían perdido sus dos enfrentamientos anteriores.
El duelo entre franceses y magiares se disputó en el Estadio José María Minella ubicado en Mar del Plata y hasta allí llegaron ambas selecciones con sus uniformes alternativos, ambos blancos, por un error de comunicación entre la FIFA y el combinado francés.
Pese a que los primeros uniformes eran azul y rojo respectivamente, se podían confundir en la retransmisión televisiva, ya que, los aparatos todavía emitían en blanco y negro, de ahí que la organización les obligase a jugar con la segunda camiseta, aunque no repararon en que eran idénticas.
Francia de verdiblanco
El resto de equipaciones de ambas selecciones estaban en Buenos Aires a más de 400 kilómetros de distancia, ya que, era donde tenían el hotel de concentración. Fue el momento de un héroe inesperado, el Club Atlético Kimberley.
“El Dragón Verde” se ofreció a ceder su primera camiseta a los galos para que pudiese arrancar un partido que llevaba prácticamente una hora de retraso.
Camiseta verdiblanca y pantalón azul, la verdad es que no pegaba ni con cola, pero lo importante allí no era la estética, era poder jugar.
Aquellas camisetas no tenían dorsales y el club argentino autorizó a la expedición gala a que los planchase sobre sus zamarras pero exigiéndoles que la numeración fuese correlativa. Este es el motivo por el que en algunos casos el dorsal del pantalón y la camiseta no coincidían. Finalmente dieron suerte a los franceses que ganaron su único partido en el torneo 3-1
Historias del fútbol de antaño imposibles hoy en día en un deporte mercantilizado hasta la saciedad. Curiosamente 23 años después le volvió a suceder algo similar a Francia en el mismo lugar.
Un día antes del debut en el Mundial sub-20 ante Irán se dieron cuenta que las camisetas no tenían dorsal y fue de nuevo el directivo del Club Atlético Kimberley quien les solucionó el problema.