En aquella reunión decidieron que vestirían de blanco y rojo, así como que su escudo iba a llevar un águila sobre el lema “E Pluribus Unum” (De muchos, uno), frase que aparece en un poema de Virgilio.
¿Por qué son “Las Aguilas”?
Aquel grupo de estudiantes quiso que su nuevo club fuese un símbolo de autoridad, independencia y nobleza, encontrando en este ave rapaz el que mejor encarnaba dichos valores.
Desde la década de 1960, la etapa más gloriosa del club, antes de cada partido en el Estadio Da Luz hay un ritual con el águila del Benfica, cuyo nombre es Victoria.
La sueltan y sobrevuela el terreno de juego hasta posarse sobre el emblema del club y así completar el escudo. Cuenta la leyenda que si da dos vueltas los locales ganarán el partido, pero si solo da una el Benfica caerá derrotado.
En un fútbol cada vez más desnaturalizado y desarraigado, es bonito comprobar como clubes centenarios mantienen intactas sus tradiciones así como el respeto por su mascota, como también ocurre por ejemplo con la cabra del FC Colonia.
Este ritual estuvo a punto de desaparecer en 2010 debido a discrepancias entre la directiva y el cuidador del águila. Asalariado desde 2008 reclamaba que había estado trabajando para el Benfica un lustro sin cobrar un solo euro. A todo eso se sumaba que no había cobrado la parte de los patrocinios que le habían prometido, porque en este fútbol “híper marketinizado” hasta de las tradiciones se quiere hacer negocio.
El 31 de marzo de 2018 en los prolegómenos del partido ante el Vitória Guimaraes el águila se escapó durante su vuelo en el Estadio Da Luz, para alivio de toda la hinchada del Benfica apareció sana y salva 24 horas después.