Un lugar declarado como Free Derry en 1969, al que los militares ingleses no pudieron acceder durante tres años, precisamente hasta aquel fatídico Bloody Sunday.
Aquel conflicto rebautizado como The Troubles (los problemas) enfrentó durante tres décadas a republicanos católicos y unionistas protestantes, trasladándose a todos los ámbitos de la sociedad, incluido algo tan de las islas como el fútbol.
14 años de penitencia
La tensión se cortaba con cuchillo y los estadios de fútbol eran un foco de violencia, por este motivo la Iris League prohibió al Derry City jugar en su estadio, Brandywell, durante 14 años.
Aquel destierro a Coleraine, ciudad de mayoría protestante a 50 kilómetros del barrio de Bogside tenía el objetivo de calmar los ánimos, ya que, el estadio de los “Candystripes” estaba ubicado en un foco de constantes conflictos callejeros y las visitas de los equipos con hinchas protestantes se convertían en auténticas batallas campales con decenas de heridos y mobiliario urbano ardiendo por todas partes.
Fue duro para los desterrados y también para los habitantes que les tuvieron que acoger a la fuerza, puesto que ni los unos querían estar allí, ni los otros recibirles.
Durante 13 años el Derry City solicitó el regresó a Brandywell, pero les fue denegado hasta 1985, durante ese tiempo solo hubo carreras de galgos y partidos de la cantera en su estadio. Por este motivo abandonaron la Iris Legue y durante ese tiempo se dedicaron a disputar torneos amateur.
El 8 de septiembre de 1985 los aficionados del Derry City pudieron volver a su hogar futbolístico en el duelo en el que los locales derrotaron 3-1 al Home Farm FC, en su estreno en la League of Ireland.
El partido de la paz
Durante el verano de 2003 Brandywell vivió el denominado “partido de la paz”, en el que el FC Barcelona con su flamante fichaje Ronaldinho Gaúcho jugó un amistoso ante el Derry City.
En los prolegómenos del encuentro organizado por John Hume, que recibió el Nobel de la Paz por su mediación en el conflicto, ambos clubes unieron sentimiento nacionalista y todos los futbolistas lucieron brazaletes negros en honor a las víctimas del Bloody Sunday.