Esta norma, que se mantuvo vigente durante una década, consistía en que llegados a la prórroga el primero en marcar ganaba el partido. De ahí su nombre, gol de oro.

Aquella Eurocopa disputada en tierras británicas encumbró al primer “chico de oro”. Si 20 años antes el penalti de Panenka había privado a los germanos del título, en Wembley se cambiaron las tornas.
Patrik Berger adelantó a los checos desde el punto de penalti en el 59’. Oliver Bierhoff empató en el 73’, como no, de cabeza. Había saltado al campo 4 minutos antes.
El partido se fue a la prórroga. Era el momento para el primer “chico de oro”. Apenas habían pasado 5 minutos del tiempo añadido, cuando “El Tanque” de Karlsruhe hizo un gran reverso, su tiro pegó en un zaguero checo y literalmente Kouba se la tragó.
Alemania era campeona de Europa gracias al primer gol de oro. Aunque como aún no estaban acostumbrados al nuevo sistema tardaron unos segundos en darse cuenta que no tenían que seguir jugando.