Llegados a la última jornada dependían de sí mismos, pero solo aventajaban en un punto al Real Madrid. Los blancos ya les había chafado la Liga anterior en la última jornada a pesar del récord de imbatibilidad de los donostiarras.
Esa última jornada el Real Madrid visitaba Zorrilla, donde se impuso 1-3 al Real Valladolid.
Los «txuri-urdin» visitaban El Molinón, un campo nada fácil en aquella época.
Kortabarria adelantó pronto a la Real desde el punto de penalti, pero al final de la primera parte, Mesa le dio vuelta al marcador con dos goles.
La ansiedad empezó a hacerse notar entre los jugadores donostiarras que necesitaban al menos empatar si ganaba el Real Madrid.
En el minuto 89 se obró el milagro, no es el más bonito de su historia, pero desde luego el más importante hasta la fecha. Con este gol de Jesús María Zamora al Sporting escribió con letras doradas su nombre en la historia de la Real Sociedad.
Zamora finalizó aquella jugada enmarañada haciendo insuficiente la victoria merengue. Los «txuri-urdin» estallaron de júbilo en aquella tarde de transistores y Lexatin.
Que bien sabe esa tensión contenida cuando el final es feliz.