Los alemanes los hacían en condición de campeón de la Copa de Europa, mientras que el Dinamo de Kiev llegó como vigente campeón de la Recopa de Europa
La final se disputó a doble partido, jugándose la ida en el Olympiastadion y la vuelta en Kiev.
Los ucranianos se impusieron en el global 3-0 y todos los goles fueron obra del mismo jugador Oleg Blokhin, pronunciado Blojín y posiblemente la mayor leyenda de los blanquiazules.
El extremo ucraniano y estrella de la URSS era un rapidísimo extremo de gran habilidad y muy buen disparo. Para muchos fue el mejor jugador soviético y se convirtió en 1975 en el primer ucraniano en ser galardonado con el Balón de Oro.
Blokhin dio la victoria a los suyos en tierras germanas en el partido de ida con un golazo en el minuto 66.
El gol lo tiene todo, calidad, velocidad y definición. Una obra de arte al alcance de muy pocos, además la entidad del rival y la importancia del partido dotan de mayor relevancia al tanto.