Aquella campaña el Real Madrid entrenado por Capello consiguió levantar un disputadísimo campeonato de Liga.
Por aquel entonces era un equipo de «entreguerras», con retales de «Los Galácticos» pero sin un proyecto definido.
En la jornada 34 lograron adelantar al eterno rival erigiéndose a lo alto de la tabla tras una montaña rusa de emociones en el Santiago Bernabéu.
El Espanyol llegó a ponerse 0-2 y hasta 1-3, pero los blancos no se rindieron. Reyes logró en el 57′ el 3-3 que mantenía viva la llama de la esperanza.
Todas las opciones de Real Madrid en Liga, única competición que les quedaba, pasaban por ganar a los pericos. El gol de Higuaín al Espanyol para el 4-3 definitivo en el último minuto fue un ejemplo de casta y pundonor.
Los blancos ganaron el campeoanto de la regularidad gracias a aquella victoria en un partido que parecía perdido. Y todo esto, cuando nadie contaba con ellos.