Corría el 2 de agosto de 1959, día en el que se Santos derrotó 4-2 a Club Atlético Juventus en una jornada del Campeonato Paulista.
Con apenas 18 años Pelé ya era una estrella tras su espectacular actuación en la Copa del Mundo de 1958 y él solo era capaz de llenar los estadios más grandes del planeta
Solo a la altura de los genios
Aquella tarde como otras tantas veces “O Rei” hizo que pagar la entrada mereciese la pena con una genialidad solo al alcance de los elegidos.
Cuentan que la afición visitante se mofó de él al golpear de forma defectuosa una falta. Pelé tomó nota y esperó su momento para “vengarse”.
Le llegó un centro desde la banda derecha servido por Dorval y, en lugar de controlar el balón Pelé le tiró un sombrero al defensa que le estaba marcando. Y así encadenó este regate una y otra vez para zafarse de todo el que salió a su paso en el área y, marcar a puerta vacía con la cabeza. El gol de los cuatro sombreros. Venganza consumada.
Por el camino quedaron Julinho, Clovis, Homero y el guardameta apodado “Manos de Tigre”.
Las burlas de los hinchas se tornaron en un gesto de profunda admiración al que le siguió una ovación interminable. Lamentablemente no fue grabado, pero gracias al testimonio de los presentes y el avance de la tecnología podemos disfrutar del gol gracias a la siguiente recreación.