Tras quedar decimonovenos en la tabla les tocó jugar una eliminatoria a doble partido con el tercer clasificado de Segunda División, el RCD Mallorca.
En el partido de ida disputado en las Islas Baleares los locales se impusieron por la mínima gracias a un gol de Morales.
Tres días después el Estadio de Vallecas vistió sus mejores galas para apoyar a su equipo. La permanencia pasaba por doblegar por más de un tanto a un equipo que encadenaba 18 partidos consecutivos sin conocer la derrota.
A los 13 minutos Guilherme adelantó a los locales, pero poco después se llevaron un jarro de agua fría con la expulsión de Wilfred tras tocar la pelota con la mano fuera del área.
Debían afrontar más de 60 minutos con diez futbolistas y la necesidad de marcar otro gol. Los locales estaban con el agua al cuello, mientras que los mallorquinistas desaprovecharon dos claras ocasiones para dar carpetazo a la eliminatoria.
En el 81’ llegó el gol de Onésimo. Una obra de arte del menudo delantero pucelano, que recogió un pase en profundidad de Antonio Calderón y picó la pelota por encima del guardameta para certificar la salvación rayista.
Un año después el conjunto “bermellón” logró vengarse y se impuso en la promoción al Rayo Vallecano, regresando a Primera División tras cinco campañas en la categoría de plata.