Seguramente hasta que llegaron los éxitos recientes de la selección española el gol de Señor era uno más celebrados, si no el que más, en la historia de «La Roja».
Para los millenials que no recuerdan o no han vivido esa edad oscura en la que sufríamos para clasificarnos para cada fase final o incluso nos quedábamos en casa.

Aquella noche del 21 de diciembre de 1983, ni tan siquiera un Benito Villamarín medio vacío creía en el milagro. No era para menos.
Hacían falta 11 goles para clasificarse para la Eurocopa de 1984, torneo en el que el combinado español terminaría luego llegando hasta la final.
España entera gritó aquel gol de Señor como si fuera el gol más importante de la historia de la selección. Y no era para menos.
Yo no había nacido, pero cada vez que lo veo se me pone la piel de gallina. IMPRESIONANTE.