Antes de esa fecha, cuando un jugador caía lesionado tenía dos opciones, intentar seguir jugando (si podía) o abandonar el césped dejando a su equipo con uno menos,
Normalmente si la lesión no le impedía mantenerse en pie el entrenador de turno le ponía de delantero. Por aquello de ubicar al futbolista donde más útil pudiese ser para su equipo pese a estar mermado y, de paso buscando “el gol del cojo” si sonaba la flauta
Todos hemos visto goles de futbolistas lesionados después de 1969, pero es mucho menos frecuente ya que para que el jugador en cuestión no sea reemplazado el equipo ha tenido que agotar antes los cambios.
Es por este motivo que los más puristas sitúan el último “gol del cojo” el 6 de abril de 1969 en el duelo que disputaron Atlético de Madrid y Sabadell en el Vicente Calderón.
El entonces capitán rojiblanco Isacio Calleja, dejó su habitual puesto de lateral izquierdo para situarse en la punta de lanza cuando cayó lesionado en la segunda mitad. En ese momento su equipo caía 0-2 ante los arlequinados.
A falta de nueve minutos para el pitido final Javier Irureta recortó distancias y cuando el partido agonizaba Calleja logró el empate con un certero remate de cabeza, llevando al éxtasis a una hinchada que en ese momento no era consciente de que acababa de presenciar el último “gol del cojo”.