Solo ha pasado una vez en la historia, el Atlético de Madrid jugando en el Santiago Bernabéu y de blanco. Sucedió el 24 de junio de 1956.
Aquel día se enfrentaron al Athletic Club en la final de Copa. Ambos vestían de rojiblanco, pero los bilbaínos ejercían como “locales”, de ahí la camiseta blanca del Atlético de Madrid.
Normalmente utilizaban como equipación alternativa una zamarra azul y blanca a imagen y semejanza del Blackburn Rovers, pero ese día decidieron lucir camiseta blanca, pantalón azul y medias también blancas.
Ambos venían de unas semifinales durísimas en las que los bilbaínos apearon al Real Madrid, que se proclamó campeón de Europa por primera vez en medio de aquella eliminatoria y, los colchoneros necesitaron de un desempate solo cuatro días antes de la final para eliminar al RCD Espanyol.
El Atleti, de blanco sin rojo
Por parte del Athletic Club, que se había proclamado campeón de Liga apenas dos meses antes, todos sus jugadores ya habían ganado la Copa al menos en una ocasión. El Atlético de Madrid aun no había sumado este título a su palmarés.
La tarde empezó bien para los colchoneros, ganando la Copa Juvenil con una contundente goleada 4-0 al Real Zaragoza. Dos horas más tarde saltaron al coliseo merengue los mayores, pero no de rojiblanco, con camiseta blanca.
En los prolegómenos de la final copera los Di Stéfano y compañía recibieron un homenaje como los primeros campeones de la recién estrenada Copa de Europa, con la consiguiente disconformidad de ambas hinchadas finalistas, que veían restado su protagonismo en favor de uno de sus mayores rivales.
Pese a adelantarse en el marcador con el tanto de Francisco Molina en el minuto 26, aquella equipación no les dio suerte a los colchoneros, ya que, los vizcaínos se llevaron su segundo título consecutivo gracias a los goles de José Luis Artetxe y José María Maguregui, que voltearon el marcador.
La única tarde en la que el Atlético de Madrid vistió de blanco fue aciaga. Les tocó ver el homenaje a su eterno rival y como su contendiente vestido de rojiblanco festejó frente a sus narices el título que tanto ansiaban .
Cuatro años después los rojiblancos pudieron resarcirse ganando su primera Copa en el mismo escenario y ante sus vecinos, que un mes antes habían levantado su quinta “Orejona”.