La anfitriona había fue apeada en semifinales por la Argentina del ídolo napolitano Diego Armando Maradona. Argentina, la vigente campeona, se volvía a ver las caras con Alemania, a la que había derrotado cuatro años atrás y que alcanzaba su tercera final consecutiva.
Los argentinos habían pasado por penaltis las eliminatorias de cuartos y semifinales y alguno debió pensar «no hay dos sin tres«.

Los teutones también tuvieron que recurrir a los once metros para superar a Inglaterra en el penúltimo escalón.
La gran final disputada en el Olímpico de Roma se mantuvo con empate a cero hasta que el colegiado señaló penalti en el minuto 85.
De nuevo un lateral, como hizo Paul Breitner en 1974, asumió la responsabilidad y con este gol de Andres Brehme Alemania se proclamó campeona del mundo por tercera vez.