La Batalla de Highbury
Era el país anfitrión y para el régimen fascista era una oportunidad inmejorable de promoción internacional. Fuera como fuere, tropelías aparte, la «azzurra» conquistó su primera Copa del Mundo.
En aquel momento Inglaterra no pertenecía a la FIFA y por lo tanto no participaba en este tipo de torneos.

El 14 de noviembre de 1934 Inglaterra e Italia se enfrentaron en la Batalla de Highbury (Fuente: elpais.com)
«La verdadera final»
Los ingleses la habían abandonado por diversas discrepancias con la organización, haciendo gala de ese aislamiento voluntario tan característico suyo. Pese a ello ya no solo se consideraban los inventores, también los reyes de este deporte.
Como inventores del fútbol, los pross gozaban de fama mundial y una de las selecciones más potentes del mundo, si no la más.
Esto había generado que el mundial de fútbol de 1934 no fuera una victoria plena para Mussolini, que ansiaba vencer a los ingleses para poder considerar a Italia la mejor selección del mundo.
Italianos e ingleses ya se habían enfrentado en el olímpico de Roma unos meses antes de la cita mundialista.
En esa ocasión ninguna de las dos selecciones logro imponerse y el partido acabó con empate a uno.
A pesar de la euforia del Duce, Vittorio Pozzo tenía serias dudas sobre el plan del dictador.
El seleccionador italiano era consciente del potencial de los ingleses, más aún en su casa, y tenía serias dudas de poder conseguir la victoria.

Selección inglesa justo antes del partido (Fuente: www.dailymail.co.uk)
No todo sale según lo esperado
Mussolini ofreció a sus jugadores una importante prima económica por la victoria, además de un Alfa Romeo y la exención del servicio militar.
El partido se disputaría en Highbury el 14 de noviembre de 1934.
Para la mayor parte de aficionados del mundo era mucho más que un amistoso, era la autentica final del mundial.
Como era de esperar esa final oficiosa no defraudó a nadie y colmó las expectativas de los más de 60.000 aficionados que acudieron a la cita.
Para desgracia de los italianos el atacante inglés Ted Drake lesionó de gravedad a “Doble Ancho” Monti con un feo planchazo.
El durísimo mediocentro ítalo-argentino a duras penas se tenía en pie, pero en un alarde de pundonor decidió aguantar sobre el campo.
Monti era una de las piezas claves del equipo italiano, todo pasaba por él y con sus capacidades mermadas su selección se resintió.
En aquel momento aún no había cambios, lo que explica que Monti intentara continuar a toda costa, a pesar de tener una fractura en el pie.
En parte, esto provocó el desastre, ya que los ingleses anotaron tres goles en 12 minutos y Monti estuvo implicado en todos.

Selección italiana en Highbury 1934 (Fuente: www.sportpeople.net)
Además, Brook había fallado un penalti en el primer minuto, para luego resarcirse con dos goles.
Al que acompañó Brook con un tercero.
Finalmente Pozzo quitó a Monti y dejó el equipo con 10.
Los italianos lejos de amilanarse decidieron plantar batalla y se dedicaron a repartir a diestro y siniestro.
Faceta en la que los italianos tenía ya cierta experiencia, como «La batalla de Florencia» por ejemplo.
El principal objetivo, por razones evidentes, fue Drake, quien acabó con incluso recibiendo un puñetazo además de innumerables patadas.
Éste no sería el único herido, Hapgood acabó con la nariz fracturada, Bowden con un tobillo maltrecho y Brook se fracturó el brazo.
Tirando de orgullo
Lo cierto es que la segunda parte cambió totalmente el guion, los italianos tiraron de orgullo y a punto estuvieron de llevarse el encuentro.
Giuseppe Meazza recortó distancia don dos goles y mandó a la madera el que habría sido el empate.
Los ingleses protagonistas del segundo tiempo fueron su portero Frank Moss y el combativo Wilf Copping.
Ambos tuvieron que emplearse a fondo para frenar las embestidas de la campeona del mundo.
Los locales acabaron imponiéndose 3-2 y el partido no resolvió nada.
Para los ingleses «La Batalla de Highbury» significó un aislamiento aun mayor y la renuncia incluso a los partidos internacionales.
Aquella decisión solo estuvo vigente un año, después del cual volvieron a jugar con otras selecciones.
Para Italia no era una derrota justa, ya que solo habían sido capaces de marcar frente a un jugador lesionado.
Desde entonces se conoce a aquellos jugadores como “Los Leones de Highbury” que solo sucumbieron ante la violencia y las condiciones adversas.
En lo que todo el mundo coincide es en que ha sido uno de los partido más violentos de la historia.
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