La eterna promesa madridista siempre alternó genialidades con discretas actuaciones y algún que otro jaleo extradeportivo.
Guti fue un genio inconstante que cuando quería sacaba su clase a relucir sobre el terreno de juego asombrando a propios y extraños.
Un tipo de esos que hacen que merezca la pena pagar la entrada. Eso sí, siempre que él quisiera.
Muchos dirán que era una magia desaprovechada, pero tal vez simplemente el fútbol no fue su prioridad.
La 2000-2001 fue su temporada más goleadora, logrando 14 tantos en la Liga y 18 en todas las competiciones.
Aquel Real Madrid plagado de talento fue el conocido como «Madrid de los Galácticos» y Guti pese a no tener el sitio asegurado se ganó un hueco en el 11 a base de grandes actuaciones.
Uno de los mejores de su carrera fue el 14 de abril de 2001 ante el Villarreal. Una tarde mágica del «14»»
Aquel día los merengues se impusieron 4-0 al «submarino amarillo» con hat trick de Guti y otro tanto de Roberto Carlos.
El canterano siempre fue más de dar goles que de hacerlos, pero también dejó unos cuantos de bellísima factura.
En otra ocasión frente al Deportivo de La Coruña prefirió dar un exquisito taconazo para que Benzema marcara a placer en lugar de empujar el balón a la red y, como él mismo dijo nadie recordaría un gol así, pero la genialidad es otro cantar.