Aquel día el Real Madrid levantó su quinto trofeo consecutivo tras un espectacular 7-3 ante el Eintracht de Frankfurt, que participaba por primera vez (y única hasta la fecha) en el torneo continental más prestigioso.
El equipo blanco puso así la guinda a la que es la mejor racha en toda la historia de la Copa de Europa. Los Di Stéfano, Gento y compañía superaron veinte eliminatorias seguidas, ya que, cayeron por primera vez ante el FC Barcelona en los octavos de la temporada 1960-1961.
En ese imperial recorrido disputaron 35 partidos con un balance de 25 victorias, 4 empates y 6 derrotas. 108 goles a favor y 41 en contra. Una auténtica apisonadora futbolística.
Monumento al fútbol
Los merengues se plantaron en la gran final dejando en el camino a Jeunesse Esch, Niza y FC Barcelona. Por su parte el Eintracht de Frankfurt eliminó a Young Boys, Wiener SK y Rangers, privando a los escoceses de jugar la final de la Copa de Europa de 1960 ante su público.
Ambos conjuntos arrancaron el partido sin complejos, con una actitud netamente ofensiva y dejando desguarnecida la defensa. Fruto de ello durante los primeros minutos se contabilizaron numerosas ocasiones de los dos contendientes.
Fueron los alemanes quienes golpearon primero con un tanto de Richard Kreb en el minuto 18, pero poco le duró la alegría a los teutones, ya que, entre el 21’ y el 24’ Di Stéfano volteó el marcador aprovechando dos buenas jugadas del incisivo “Canário”.
Antes del descanso Puskas no faltó a su cita con el gol (fue máximo realizador de aquella edición con 12 tantos) con un potente zurdazo desde dentro del área. Con 3-1 llegaron al descanso.
En la segunda mitad el atacante húngaro amplió dos veces más la ventaja en apenas 5 minutos (del 55’ al 60’). El primero de ellos transformando un inexplicable penalti señalado a favor de los blancos y el 5-1 culminando un extraordinario contragolpe de su equipo.
Tras traspasar la frontera del minuto 70 llegó la locura en Hampden Park con cuatro goles (dos para cada equipo) en apenas 4 minutos. Puskas completó su poker con otro cañonazo a la escuadra y seguidamente Erwin Stein anotó un doblete para el definitivo 7-3, entre medias de los dos goles germanos Di Stéfano completó su hat trick con un ajustado derechazo desde la frontal.
Un partido inspirador
La mañana siguiente a la final de la Copa de Europa de 1960 The Times tituló: “El Real Madrid se pasea por Europa como antaño se paseaban los vikingos, arrasándolo todo a su paso”. De ahí que este sobrenombre haya acompañado a los blancos hasta nuestros días.
Miguel Muñoz, que había ganado tres títulos como jugador (el último en 1958), se convirtió en el primero en lograrlo también como entrenador. Abriendo la historia de un selecto club con tan solo siete miembros: Giovanni Trapattoni, Johan Cruyff, Carlo Ancelotti, Frank Rijkaard, Josep Guardiola y Zinedine Zidane.
Uno de los asistentes al abarrotado Hampden Park fue Don Revie, que poco después se hizo cargo del banquillo del Leeds United.
Su primera decisión fue sustituir el tradicional azul y amarillo por el blanco en la camiseta, intentando aportar al equipo ese espíritu ganador, ya que, por entonces este histórico del fútbol inglés no había ganado ningún título en sus más de cuatro décadas de vida.
La final de la Copa de Europa de 1960 fue un auténtico monumento al fútbol ofensivo. 10 goles, que pudieron ser más pues hubo cuatro disparos a los postes, así como alguna que otra intervención de mérito de ambos guardametas.
Los futbolistas derrocharon virguerías y regates. El máximo exponente de aquel fútbol en el que primaba la calidad técnica sobre los aspectos tácticos y físicos.