Hoy queremos hablar de una persona que lamentablemente ya no está entre nosotros. Luchó por la justicia social vestido de corto y con guantes de portero.
Un obrero del balón que afrontó todas las zancadillas que la vida le fue poniendo siempre con una sonrisa. Un ejemplo.
Tuvo que soportar estoicamente vejaciones, faltas de respeto, insultos y…. todo ¿Por qué? Por su color de piel.
Actitudes inadmisibles por las que se debería prohibir la entrada a un estadio. Cosas del fútbol de antaño que se repiten en la actualidad. Obviamente los dirigentes no han atajado el problema como deben.
No es un problema del fútbol. Se trata de educación. Un reflejo de la sociedad en la que vivimos.
Por este motivo queremos recodar a un futbolista que luchó y mucho contra esta lacra. Wilfred Agbonavbare. Su serena lucha contra el racismo debe ser mostrada a las nuevas generaciones.
Con apenas 16 años ya era futbolista profesional en su país ocupando la portería del New Nigeria Bank.
Durante su estancia este equipo de Benín ganó los únicos títulos de su historia, la Liga Premier de Nigeria (1985) y dos Campeonatos de Clubes de la WAFU (1983 y 1984).
También jugó para el Abiola Babes y el BCC Lions. En 1990 dio el salto a Europa, el Brentford inglés le hizo una prueba pero finalmente no le ficharon.
En ese momento se cruzó en la vida de Wilfred Agbonavbare el Rayo Vallecano. Un icono del club como Felines peleó mucho por hacerse con sus servicios.
Wilfred Agbonavbare, icono de la franja
Fue el inquilino de la portería del Rayo Vallecano durante 177 partidos repartidos en 6 campañas. En ese tiempo vivió dos ascensos a Primera y un descenso a la categoría de plata.
Willy se convirtió en un auténtico icono para la afición rayista. No sólo por su agilidad felina y reflejos bajos palos. Sobre todo por su calidad humana.
Siempre le acompañaba una sonrisa. Su figura trascendió de ídolo deportivo a auténtico mito. Durante los años 90 los porteros de los futbolines de este modesto barrio del sureste de Madrid pasaron a ser negros en su honor.
Formó parte de la mejor generación de “Las Súper Aguilas”, pero allí no tuvo la regularidad deseada, el príncipe Peter Rufai era el titular en la meta de la selección nigeriana.
Estuvo presente en la Copa Africana de Naciones que ganaron en 1994 y ese mismo año ayudó a clasificar a su país a la fase final de la Copa del Mundo por primera vez en la historia.
Encaró todo lo que le sobrevino con alegría. Así se ganó el corazón de todos los rayistas y de buena parte de los aficionados al fútbol de este país. A excepción de algunos energúmenos incapaces de aceptar al diferente.
Golpe tras golpe
En 1997 se retiró en las filas del Écija Balompié que militaba en Segunda División. Rescindió su contrato pero ya nadie quiso contar con él. No fue lo peor que le pasó. La vida le trató muy mal.
Tras un año sin equipo colgó los guantes con 30 años. Llegó el momento de buscarse un provenir fuera del deporte. Al poco tiempo una grave enfermedad de su mujer le obligó a gastar todos sus ahorros. Los futbolistas de antes no ganaban lo que ahora y menos en un club humilde.
No desfalleció. Era un luchador. Trabajó como entrenador de porteros en un equipo amateur, una empresa de mensajería, una gasolinera y en el aeropuerto de Madrid.
Lo afrontó como era él, con humildad. Un ser humano que destilaba naturalidad. Siempre con una sonrisa frente a la adversidad.
Estaba solo en España. Su mujer había muerto y no tenía posibilidad ni recursos para ver a sus hijos que vivían en Nigeria.
Trabajaba sin añorar tiempos pasados. Así le llegó el golpe definitivo. Con apenas 48 años el cáncer nos robó a Wilfred Agbonavbare. Falleció un día antes de cumplir su sueño. Ver a sus tres hijos de nuevo.
Una vecina de Vallecas que había sido desahuciada cedió parte del dinero recaudado por los aficionados del Rayo Vallecano para costear el viaje desde Nigeria y que la familia se volviese a reunir. No llegaron a tiempo. La vida es injusta.
La puerta 1 del Estadio de Vallecas siempre rezará: «Por tu defensa de la franja y tu lucha contra el racismo. El rayismo nunca te olvidará».
¡Eterno Willy!
2 comentarios
Que grande Willy!! Gran post. El blog me parece genial. Enhorabuena!
Willy que gran portero y sobre todo luchador, yo siempre he sentido admiración por el. Gran trabajo el vuestro