El 28 de junio de 2003 RCD Mallorca y Recreativo de Huelva disputaron una de las finales más inesperadas en la historia de la Copa del Rey.
Los bermellones levantaron su primer trofeo tras derrotar a los onubenses 3-0 en el Martínez Valero gracias a un doblete de Samuel Eto’o y un tanto desde el punto de penalti de Walter Pandiani.
Fue un torneo apasionante, disputado a partido único hasta los octavos de final, que puso nerviosos a los más poderosos y, en el que a más de un ilustre le sacó los colores un equipo mucho más humilde.
La Copa de las sorpresas
El formato a partido único, aunque no fuese durante todo el torneo, provocó múltiples sorpresas, incrementando las opciones de los más modestos de alcanzar las rondas finales y haciendo el torneo mucho más entretenido para los aficionados.
Todos parecían satisfechos por el resultado, menos los mandamases del fútbol español, tanto fue así que las rondas a partido única desaparecieron del torneo del KO hasta la temporada 2019-2020, cuando regresó para aliviar el apretado calendario de este nuestro fútbol moderno.
En aquella, la 99ª edición los clubes que disputaban competiciones europeas entraron en liza desde los treintaidosavos de final enfrentándose a conjuntos de 2ªB y, ya desde el principio hubo auténticos bombazos como las eliminaciones de FC Barcelona, Valencia CF y Athletic Club a manos de Novelda, Alicante y Real Unión respectivamente.
En cuartos de final el Mallorca le endosó un global de 5-1 al Real Madrid y en esa misma ronda el Recreativo apeó de la competición al Atlético de Madrid, por lo que en semifinales no hubo ninguno de los denominados “grandes”.
El Mallorca se deshizo en la penúltima ronda del Deportivo de la Coruña y el Recre hizo lo propio con Osasuna, convirtiéndose en el segundo equipo en la historia en alcanzar la final de la Copa del Rey tras quedar en puestos de descenso esa misma campaña en la Liga Española, como había sucedido con el Atleti tres años antes.
Humildes al poder
Para el decano del fútbol español era la primera final y, única hasta la fecha, mientras que para los bermellones suponía la tercera, tras haber sucumbido ante Atleti y Barça en 1991 y 1998 respectivamente.
En cualquier caso el equipo que saliese vencedor del Martínez Valero escribiría su nombre por primera vez en el palmarés del torneo.
Dos ciudades nada acostumbradas a este tipo de citas llenaron de color e ilusión las calles de Elche, copando las 38.800 localidades que se habilitaron para una de las finales más especiales que se recuerdan en el fútbol español.
Seguramente la baja audiencia televisiva y el escaso “caché” de Mallorca y Recreativo provocó que las rondas a eliminatoria única se borrasen del torneo durante 16 temporadas, dando lugar a muchas menos sorpresas en el torneo del KO.
Ya sabéis, poderoso caballero es don Dinero y, los grandes tienen que ganar siempre. Aunque en este maravilloso deporte, pocas, pero algunas veces David vence a Goliat.
