Es muy probable que el segundo momento que elija el ex delantero noruego haga referencia a los cuatro goles que le hizo al Nottingham Forest, también con la camiseta del Manchester United, pocos meses antes de aquella tremenda final.
Durante sus once años en Old Trafford pocas veces fue un fijo en el once titular, pero Solskjaer siguió trabajando y rindiendo, aunque contase con pocos minutos. Su perseverancia le convirtió en el “jugador número 12″ ideal.
Logró 27 tantos saliendo desde el banquillo, hecho que curiosamente se repitió en los dos momentos cumbre de su carrera.
Visto y no visto
El 6 de febrero de 1999 los “Diablos Rojos” ganaron 1-8 al Nottingham Forest. Aquel día en el City Ground lograron su mayor goleada a domicilio, superando el 0-7 que le endosaron al Grimsby Town justo un siglo antes.
La delantera titular en ese partido, los míticos Andy Cole y Dwight Yorke, marcaron sendos dobletes, mientras que Alan Rogers recortó distancias para los locales.
En el minuto 72, con 1-4 en el marcador, Alex Ferguson decidió dar entrada a Solskjaer, que pese a sumarse a un partido completamente resuelto, entró al campo con ganas de reivindicarse. 12 minutos le bastaron para hacerle un póker al Nottingham Forest.
El primero rematando a placer en boca de gol. Seguidamente resolviendo un mano a mano. El tercero fusilando desde dentro del área y en el cuatro mostró su mayor virtud. El oportunismo. Siempre en el sitio indicado, aprovechó un rechace para subir al marcador el 1-8 definitivo.
El Forest lejos de sus años dorados perdió la categoría firmando una de las peores temporadas de su historia y, desde entonces no ha vuelto a jugar en la Premier League.